Los momentos son distintos. Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO dialogó con distintos productores y empacadores ajeros, quienes indicaron que los volúmenes son inferiores a los del año pasado. Está saliendo un rendimientos de entre un 10 y 15 % menos de ajo, según la zona y condiciones del cultivo. En algunos casos la menor disponibilidad de agua para riego ha sido el común denominador. Cabe aclarar que en San Juan una hectárea de ajo morado temprano rinde de 14 a 16 toneladas, aproximadamente. Para el ajo blanco los rindes se ubican entre las 12 y las 14 toneladas por hectárea.
A la hora de exportar a estos valores hay que restarles un 25 % menos de descarte por eliminación de raíz y chala, así como el ajo chico que va al mercado interno comercializado en dientes ó bien a industria. Sobre el romaneo -clasificación del ajo por calibre o tamaño- es muy temprano para hablar, pero indicaron que está saliendo mucho ajo calibre 6, algo menos del 5 y un poco del 7.
La contraestación para la Argentina está caminando muy bien en valores, indicó Alfredo Figueroa, presidente de la Cámara de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos y Afines de San Juan. Tanto Brasil como Europa mantienen una demanda sostenida con valores más razonables que el año pasado. En la campaña anterior, los valores FOB caminaron por encima de los U$S24 la caja de 10 kilogramos según el calibre. Dijo Bruno Perín, gerente, que para esta temporada, aún no se habla de precios, aunque Mendoza está llevando mucho ajo de San Juan del oasis central y de Calingasta. Consultado por el comportamiento de China en el mercado mundial, aclaró que no hay grandes ofertas en los mercados internacionales de este país oriental por que como se sabe, al haber mejorado los niveles generales de ingreso de su población, sus habitantes consumen más y por ende ostentan una menor oferta exportable. Además están latentes los problemas suscitados por la falta de implementación de los acuerdos consensuados entre los productores y los gremios del sector para agilizar y favorecer la generación de empleo.
Mientras tanto, en cebolla el panorama es distinto. Luego de un año anterior atractivo, este año en el caso de la Valencianita los precios son malos, rondando los $7 y $8 por bolsa, prácticamente son iguales a los costos de los productores. Luis Kulichevsky, del INTA nos dijo que solamente aquellos que pasan las 2.500 bolsas por hectárea, se salvan económicamente. Este año hay muy buena sanidad y cantidad, pero son pésimos los números para aquellos que apostaron a las cebollas tempranas y tienen rindes de unas 1.500 bolsas por hectárea. Está la bolsa sanjuanina en Buenos Aires a $20, pero descontando unos $6 para hacerla, otros $4-5 la embolsada, otros $4-5 de flete, más la bolsa misma y otros gastos, están saliendo a raya los agricultores, luego de tanto esfuerzo. No hay operaciones firmes, aseguraron García y Fernández, productores tradicionales del Valle de Tulum.

