“No es así, el cianuro es uno de los reactivos que utiliza la industria minera para la minería del oro y así poder recuperar los valores metálicos en el mineral, estos reactivos son reciclables. Así que no se pierde porque encima perderíamos soluciones con valores metálicos disueltos y esto no es rentable para una empresa”, dijo al respecto Daniel de la Iglesia, del Departamento de Ingeniería de Minas de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, y quien también desempeñó tareas vinculadas a la cianuración en una mina de Neuquén.
En todas las plantas de cianuración de una mina estas soluciones se recirculan y cuando hay que desechar soluciones al dique de colas se destruye el cianuro mediante solución alcalina o método de anhídrido sulfuroso. En el caso de los proyectos donde no hay diques de cola, como en el caso de Veladero que consta de un valle de lixiviación, las soluciones van siendo recirculadas. “Una vez que termine la explotación de Veladero estas soluciones se tendrán que recircular e ir destruyendo el cianuro para ir poniéndolo en condiciones para infiltrarlo en el terreno, pero eso una vez que termine el plan de cierre y abandono”, explicó De la Iglesia.
Existen minas como Cerro Vanguardia en Santa Cruz, que tienen una planta de reciclado de cianuro mediante un sistema conocido como Cyanisorb. A través de esta planta puede recuperarse casi la totalidad del reactivo, lo que se traduce en reducción de costos para la empresa y un caso concreto de aplicación de tecnologías amigables con el medio ambiente.
El uso del cianuro está reglamentado bajo normas internacionales como el Código Internacional de Manejo del Cianuro. El objetivo de Código es mejorar el manejo del cianuro utilizado en la minería del oro y ayudar en la protección de la salud humana y en la reducción de impactos ambientales. El programa se centra exclusivamente en el manejo seguro del cianuro, relaves de molienda, de cianidación y soluciones de lixiviación. Las compañías mineras de oro, los fabricantes de cianuro y transportistas de cianuro que se convierten en signatario del Código deben ordenar una auditoría de sus operaciones cada tres años por parte de un tercero independiente a fin de demostrar su cumplimiento del Código. Las operaciones que se cumplen con los requisitos del Código reciben certificación.

