Diana Castro, la mamá de Roberta Perucca, cree que esta sanjuanina de 24 años y estudiante de Artes Combinadas (una carrera que conjuga saberes de Cine, Teatro y Danza) en la UBA, aprendió a leer con Mafalda. Es que era pequeñita y en su casa la historieta siempre estaba al alcance de la mano.

"Yo me pregunto por qué leía Mafalda cuando tenía 6 años si no entendía ciertos chistes relacionados con temas que escapaban a mi comprensión. Con el tiempo me he dado cuenta que amaba a los personajes y las distintas personalidades de cada uno, con sus estereotipos. Hay algo del estilo gráfico de Quino que es majestual, que eleva sus creaciones al nivel de obra de arte. Y por eso sigue vigente hoy, porque las obras de arte perduran en el tiempo. La efectividad de Mafalda se debe al talento sagaz y cómico de Quino. Y también su calidez y calidad como autor”, argumenta Roberta, quien en más de una oportunidad ha apelado a los chistes de Mafalda -confiesa que hay muchos que sabe de memoria- para responder ante ciertas situaciones de la vida. Su cómplice principal es su hermana con quien suele rematar frases afirmando "como dice Mafalda”.

"Es casi imposible que uno no se encariñe con los personajes de Mafalda, cada uno con una personalidad tan definida y entrañable, todos niños que, así como discuten cosas de chicos, también discuten cosas de grandes. Por eso creo que Mafalda llega de cierto modo a todo tipo de público, chicos y grandes, en parte por lo magnífico de estos personajes que si bien pueden tomarse como ingenuos e inocentes en realidad está depositado en ellos la capacidad de observación y de crítica. Pero además sus personajes generan identidad cultural, se han convertido en algo icónico que nos llevan a un nivel de representación de lo auténticamente argentino, algo autóctono. Este es otro de los pilares de la vigencia. La fuerte crítica social y política de la historieta es un reflejo de una sociedad descreída y marcada por el pesimismo. Esto también funciona como algo atemporal. Mafalda es un legado que se pasa de generación en generación y eso lo vuelve un clásico”, argumenta.