Cuando se padece algún tipo de problema cutáneo éste suele vincularse a la alimentación, a la aplicación de algún producto o tratamiento que generó un efecto indeseado, etcétera. Pero según la homeopatía la piel es una zona de expresión emocional, es decir que un gran porcentaje de los trastornos de la piel están asociados a situaciones emotivas sin resolver o a momentos especialmente estresantes que se están viviendo. Y debido a que se ocasionan por características personales del individuo y un patrón conductual erróneo, la recuperación absoluta no se logra producir, por lo que aunque se trate, la patología reaparece nuevamente.
Las manifestaciones psicosomáticas más habituales son:
Dificultad para expresar los sentimientos
La persona con problemas de piel se caracteriza a nivel general por una dificultad en la expresión de los sentimientos. Su conducta en la interacción con los demás suele ser pasiva, eludiendo problemas y dejándolos sin resolver. De ahí que más adelante se refleje en un síntoma físico en su zona más sensible. Por ejemplo, si se padecen problemas de estómago y este es el punto débil, ante un suceso estresante, aparecerá dolor de estómago y no de otra cosa. Para las personas con eczemas, rojeces, granos su punto débil es su piel y los problemas en ella aparecerán o empeorarán en momentos de malestar.
El estado de ánimo repercute en la salud física
Muchos de estos problemas emocionales tienen que ver con la interacción con los demás y la actitud pasiva ante los conflictos y acontecimientos negativos. Esto provoca ansiedad o malestar y que se van a reflejar en la piel.
Si se aprende a utilizar una buena comunicación y a poner en marcha mecanismos de enfrentamiento a los problemas, solucionándolos o liberando la carga, la enfermedad remite o mejora.

