Solo restan cuatro días para que a las doce de la noche volvamos a brindar. Un año lleno de esperanzas, de trabajo, de angustias, de pedidos, de arrepentimientos y de alegrías también. Fiesta de la vida, del amor y de la ternura. Nace un nuevo niño, cuyo significado cristiano, es que nace una nueva persona. Esa persona, es cada uno de nosotros, frente a un clamor mundial, que vive situaciones extremas y solicita: "Sembrar la paz donde hay violencia, la alegría sin pesimismo, la prosperidad sin enfrentamientos, la comprensión sin mediocridad, el amor sin egoísmos. De ese modo se abren los corazones para contemplar, con mucha esperanza, el misterio de la vida que renace para transformar a las personas y a la sociedad.

Navidad es renacimiento de Cristo en cada año, en nuestra propia historia y en la historia de los hermanos. Por eso vamos a festejar, porque la Navidad no es sólo luz, Navidad es repartir para alegrarse".

A los pastores les anunció el ángel: "encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado e un pesebre" (Lc 2, 12). Mientras los seres humanos cierran sus casa al Niño Dios, los animales ceden su pesebre… Sienten que allí ocurre un milagro de un nacimiento, que una madre necesita un lugar para su hijo. De este modo suceden las cosas en nuestra vida actual, cuantos indigentes, mendigos, necesitados, indefensos, nos piden un lugar para albergar. Se entiende no dar lugar físico sino contención humana de todo tipo, una realidad que todos los días nos las cuentan todos los medios de comunicación y como dijimos anteriormente hay reclamos mundiales de todo tipo. Es responsabilidad de los adultos, de esa persona que nacerá nuevamente el 25 de diciembre. A todos ellos les compete ocuparse del recién nacido, del adolescente tan hostigado, de los miles de huérfanos, de los que están enfermos, de los que no tienen un hogar, y de cuantas necesidades más. De este modo será más fácil ver la imagen de la sagrada familia o el pesebre, y agradecer, y comprometerse, y ayudar, y dar para recibir… Lo cuenta la historia que hace 2000 años nació Jesús: "aquel que vino para mostrar el camino del bien. El cielo se vistió de luz y la noche se iluminó y los ángeles entonaron: "Gloria a Dios en las alturas". Por un mundo y futuro mejor. Para todos los sanjuaninos que luchan por el avance y ver la prosperidad de su tierra. Levanten las copas y que ella lleve el sueño que cada uno necesita. ¡Feliz Navidad!