Reflexionar sobre el impacto que nuestras acciones como individuos y sociedad le generan al planeta es sumamente importante, ya que se concientiza sobre el daño que le estamos provocando a la Tierra, como también ver las distintas soluciones y los pequeños actos que sumados, pueden hacer la diferencia.
¿Por qué es el Día Internacional de la Tierra?
Desde 1970 se celebra esta fecha con el único objetivo de buscar conciencia en la humanidad sobre los problemas generados por la superpoblación, la contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales, propias de la época.
Su origen se remota dos años anteriores, en 1968, cuando el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos organizó el Simposio de Ecología Humana para que estudiantes de todo el mundo tuvieran contacto con científicos que expondrían sobre los efectos del deterioro ambiental en la salud humana.
En 1972 se celebró “La Cumbre de la Tierra de Estocolmo”, primera conferencia internacional sobre el medio ambiente que buscó sensibilizar a los líderes mundiales sobre la magnitud de los problemas ambientales.
La triple emergencia medioambiental
Según advierte Naciones Unidas, el planeta se enfrenta a una triple emergencia medioambiental: el cambio climático, la contaminación y la pérdida de la biodiversidad. “Es tiempo de replantear nuestra relación con la naturaleza”, explicó a principio de año António Guterres, secretario general de la ONU durante una videoconferencia de prensa desde Nueva York.
En base a un informe presentado por Guterres en febrero, la Tierra se encamina hacia un incremento de la temperatura de al menos tres grados respecto a los niveles preindustriales, más de un millón de especies de animales y vegetales del mundo están en peligro de extinción y las enfermedades vinculadas a la contaminación causan unas 9 millones de muertes prematuras cada año. “Ninguno de los objetivos mundiales para la protección de la vida en el planeta y para detener la degradación de la tierra y los océanos se ha cumplido plenamente”, señala el informe.
Si bien parecen datos tremendistas, es algo que se viene analizando a nivel mundial año tras año, y que no necesitamos tener conocimientos científicos para darnos cuenta, ya que se nota en el cambio climático y los desastres naturales que azotan a distintos continentes.
¿Cómo ayudar a la Tierra?
De manera sencilla y sin demandarte mucho esfuerzo o tiempo, hay varias acciones que puedes convertir en hábitos en tu hogar para colaborar con el cuidado del medio ambiente.
*Separa la basura y recicla: Las familias son grandes productores de residuos tanto orgánico como no orgánico, como así también residuo que se puede reciclar. Destina un lugar para la basura orgánica y otra para la no orgánica. Además, sobre aquello que pienses descartar, analiza si se puede reciclar o está en condiciones de pasar a otras manos. Muchas veces lo que para algunos es basura, para otros es funcional (siempre y cuando esté en condiciones).
Apuesta por productos reutilizables: Dentro del mercado de productos que usamos o consumimos de manera diaria hay muchos que son reutilizables o retornables. Apuesta por ellos para reducir el nivel de producción de residuos.
Economiza en electricidad: Evita dejar luces encendidas en habitaciones vacías y aparatos conectados que no estas usando. Opta por lámparas bajo consumo y zapatillas para conectar distintos electrodomésticos, cosa que cuando no lo uses, con desenchufarla es suficiente. No solo aportas al cuidado del medio ambiente sino también a la economía doméstica.
Consume productos ecológicos: Frutas y verduras ecológicas cuidan el medio ambiente porque en su producción no se utilizan fertilizantes ni otros productos contaminantes.
No derroches agua: Nuestra provincia se encuentra en emergencia hídrica, una emergencia que azota al planeta entero. Cierra el grifo si no usas el agua, no lo dejes abierto al lavar los platos o los dientes; si no es necesario no tomes duchas tan larga ni dejes corriendo el agua unos minutos antes de ingresar a la ducha; riega durante los horarios permitidos y zonas que realmente necesiten el agua (no hace falta gastar litros de agua regando el pavimento, por ejemplo); entre otras medidas que puedes ir adoptando y haciendo hábito.
Busca medios de transporte que no contaminen: Si no debes recorrer grandes distancias, opta por movilizarte de otra manera, a pie o en bicicleta. Beneficias el medio ambiente y también a tu salud.
Usa bolsas reutilizables: Es momento de adoptar la costumbre de salir al almacén del barrio con el bolso bajo el brazo, como lo hacían nuestras abuelas. Las bolsas de tela que ofrecen en varias cadenas de supermercados son una inversión, ya que compras una, las puedes usar las veces que quieras, evitando el uso y la propagación de plástico.
Ahorra en calefacción y aire acondicionado: Seguramente te preguntarás cómo esto puede afectar al medio ambiente. Es muy simple, mientras más electricidad se consume, las centrales eléctricas emiten más cantidad de CO2 a la atmósfera, aumentando la contaminación ambiental.
Estas simples acciones, que no demandan mucho tiempo ni esfuerzo, suman el granito de arena indispensable para preservar nuestro planeta, que durante largos siglos nos viene albergando y ahora pide tregua.