Hoy es el Día Internacional Sin Tabaco, una jornada que busca informar y concientizar sobre los efectos nocivos y letales que trae aparejada esta adicción, siendo fumador activo como también los riesgos de la exposición pasiva al humo del tabaco.
Es importante saber que, por ejemplo, un cigarro al día aumenta el riesgo de sufrir un infarto miocardio en un 50%. Si se convierte en hábito, se aumenta el riesgo de contraer cáncer, padecer afecciones cardiacas, entre otras enfermedades graves.
El proceso para dejar el consumo de tabaco arranca de la decisión y la voluntad de querer dejarlo. Si bien cada método dependerá de la persona, te brindamos algunas sugerencias que puedes tener en cuenta.
Fija una fecha
Ponte una fecha y señálala en el calendario. Si te ayuda, coméntalo a familiares y amigos, para que sepan que luego de ese día, estarás lidiando con el abandono del hábito y en caso de ser necesario, pide ayuda para que no recaigas.
No guardes cigarros “por las dudas”
Quienes son fumadores suelen tener uno que otro cigarro o paquetes guardados en algún cajón, para esos “momentos de emergencia”. Cuando tomes la decisión de dejar de fumar, elimina todos los cigarros que tengas en casa, en el auto, en la oficina u otros lugares, para evitar caer en la tentación.
Cambia la rutina
Hay fumadores que se acostumbran a fumar en momentos particulares, como luego de la comida, en un trayecto fijo o sobre ciertos horarios.
Si has tomado la decisión, elimina la conexión. Por ejemplo, si sueles fumar luego del almuerzo, una vez que termines de comer podrías salir a caminar o hacer alguna tarea en casa, para mantenerte ocupado y no pensar en fumar.
También podrías reemplazar el cigarro por otro objeto, como chicles, caramelos, chupetines e incluso bastones de zanahoria, por ejemplo.
Prueba una terapia de reemplazo de nicotina
Esto debe ser asesorado por un profesional de la salud. Entre las opciones están la nicotina con receta médica; parches, chicles o grageas de nicotina; o medicamentos para dejar de fumar sin nicotina.
Estas terapias de reemplazo pueden ayudar a superar los deseos intensos y son de corta duración.
Relajación o actividades físicas
Ante el deseo de querer fumar, puedes implementar técnicas de relajación o breves rutinas de actividad física para mantener la cabeza ocupada y bajar los niveles de estrés y ansiedad que, en otros momentos lidiabas con ellos con el cigarro en mano.
Asesórate
En caso de considerarlo necesario, puedes hacerlo escribiendo al mail tabaquismosj@gmail.com o consultar con tu médico de cabecera, para que tenga conocimiento del momento que estas atravesando. Hay muchas personas que acompañan el proceso con un profesional en la psicología y un nutricionista.
Los beneficios de dejar de fumar
*A las pocas horas: aumenta el oxígeno en el cuerpo y disminuye el dióxido de carbono.
*A las 24 horas: disminuye la mucosidad acumulada
*A los 2 días: se normalizan los sentidos de gusto y olfato. Se puede sentir algo de ansiedad, ya que comienza con más fuerza el síndrome de abstinencia.
*A los 3 días: comienzas a sentir mayor energía, ya que el cuerpo ha eliminado la mayor parte de nicotina y los bronquios comienzan a funcionar bien. Puede haber presencia de irritabilidad y tengas ganas de fumar.
*A las dos semanas: Hay un control sobre los síntomas de abstinencia. La práctica deportiva en esta etapa demostrará un mayor rendimiento.
*A los 6 meses: No hay presencia de tos, disminuyen la frecuencia de las infecciones respiratorias de las vías aéreas.
*A los 10 años: Se reduce en un 50% la posibilidad de tener cáncer de pulmón.
*A los 15 años: Si logras cumplir 15 años sin tocar un cigarrillo, el riesgo de un paro cardiaco será igual al de una persona no fumadora y los pulmones están totalmente reestablecidos.
¿Qué hacer ante un desliz?
Hay personas que pueden dejar durante meses de fumar y luego tiene una recaída por distintos motivos. Si sucede esto, no significa haber fracasado.
Si esto llega a pasar, recuerda qué te motivó a dejar el cigarro y aférrate a eso. Como ya hemos mencionado, puede parecer imposible, pero con fuerza de voluntad y acompañado de afectos, se puede dejar el mal hábito y mejorar considerablemente tu salud y expectativa de vida.