La tan mentada siesta. Algo imperdible para muchos y para otros una pérdida innecesaria de tiempo o sinónimo de vagancia. Lo cierto es que este descanso después del almuerzo ahora es avalado por un grupo de científicos y médicos en Argentina, pertenecientes a la Sociedad Latinoamericana del Sueño (SLS), los mismos que el año pasado promovieron una campaña por el rescate del valor de la siesta.
Lo que buscan estos profesionales es alertar sobre el valor de la práctica en términos fisiológicos y psicológicos para el ser humano. Según explicó a BBC Mundo Daniel Vigo, especialista en psicofisiología e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), el problema es que básicamente la sociedad moderna duerme menos.
"En un estudio que hicimos en las principales ciudades de América Latina -Méjico, San Pablo y Buenos Aires- encontramos que la gente está durmiendo entre una hora y una hora y media menos que hace 50 años", señaló Vigo.
"Además, un 50% de los entrevistados, aproximadamente, mostró problemas de salud por la falta de sueño", agregó.
El estudio encontró que dos tercios de los encuestados en las tres ciudades manifestaron problemas para dormir.
Los analistas contrastaron este hallazgo con datos recogidos en otros países: estudios hechos en una ciudad de Estados Unidos, otra de Italia y una región de Alemania mostraron que el porcentaje de personas con trastornos de sueño son menores, con 33%, 13% y 29% respectivamente.
De acuerdo a los especialistas, una siesta corta, entre 20 y 40 minutos, es suficiente para inyectar de energía nuevamente a una persona que no logra un tiempo adecuado de descanso nocturno.
La psicóloga Viviana Vega, quien fundó el primer "Siestario" de Argentina, relaciona la falta de sueño con los diagnósticos de personas con problemas emocionales.
"Cuando uno está acelerado, irritable o con altos niveles de estrés, entre los signos cognitivos de la irritabilidad, depresión, ansiedad aparece el trastorno de sueño", dijo Vega.
En varios lugares de Asia, como China y Japón, ya existe una cultura incorporada de la siesta en ciertas áreas de trabajo.
"El problema es que no sólo hay un desprecio contra la siesta si no con el sueño en general. Está mal visto en muchas partes dormir las horas que uno tiene que dormir. Eso, pese a que dormir es tan importante como comer", explicó Vigo.

