Empresas como Google, Facebook o Twitter han empezado a ofrecer a los usuarios agregar pequeños fragmentos de código HTML o Javascript en sus sitios Web para generar pequeños botones que digan “Me gusta”, o “Compartir en Buzz”, entre otras cosas. La estrategia de convencimiento que utilizan estas redes para que el dueño de un sitio Web agregue estos botones para compartir sus notas es ofrecer a cambio “un método ingenioso para promocionar rápida y gratuitamente contenidos”, ya que los propios lectores que encuentren útil esa información, la pueden distribuir a todos sus contactos. Todo el mundo gana, ¿no?
Por supuesto, estas ofertas no son totalmente altruistas. Con suficiente distribución, estas etiquetas HTML y las líneas de Javascript pueden ayudar a estas empresas a comprender cómo la gente se mueve a través de la web y lo que les importa a estos usuarios, sobrepasando las fronteras de Facebook.com o Google.com.
Facebook hizo un movimiento muy grande este mes cuando se dio a conocer un ambicioso plan para asignar relaciones de todas las personas entre sí y con los objetos que les interesan, como bandas, películas, libros y restaurantes. Se trata de difundir nuevos plugins y botones en millones de sitios y marcar los grandes sectores de la Web para que Facebook pueda analizar mejor estas páginas.
Las implicaciones son enormes en materia de privacidad. Algo normal en estos tiempos, es que un usuario esté conectado a Facebook y mientras navegando por la Web. Los sitios que el usuario navegue, en los que se encuentren instalados estos botones, serán fácilmente conocidos por Facebook, con lo que la red social podrá conocer el tipo de contenidos que el usuario visita. Bastará tan solo una semana para que más de 50.000 sitios tengan estos botones añadidos.
Pero mucho más grande es el impacto que las tecnologías de Google pueden provocar sobre la privacidad, ya que tienen mucho más datos sobre el uso de Internet de cada usuario individual, a través de su gama de productos tales como AdSense, DoubleClick y Google Analytics los cuales operan al realizar búsquedas.
Sin embargo, Facebook también puede recopilar información de calidad de contenidos, a través de las opiniones y calificaciones que hacen los usuarios. Cada vez que un usuario entra en una página con un plugin social o un botón y ya está registrado en Facebook, la empresa tiene los datos de que el usuario ha estado allí. Esto ocurre incluso si no se ha hecho clic en nada dentro de la página.
Facebook insiste en que sólo le preocupan esos datos para clasificar contenidos que representen "alta calidad" para el usuario a través de sus interacciones tales como "me gusta", comentarios y otro tipo de contenido compartido, pero que de ningún modo está interesado en historiales de navegación.
"No hacemos nada con esos datos. Los datos son enviados a un servidor, pero no se mantienen por mucho tiempo ", dijo Ethan Beard, director de Red de desarrolladores de Facebook. "Lo importante es de que estamos buscando ayudar a los usuarios al compartir acciones proactivas". Como siempre, es un misterio el verdadero destino de esos datos, y el como y porqué de las empresas en su ambición de manipular la privacidad no sólo de los datos, sino ahora, de las acciones de cada usuario. Las conclusiones y precauciones las deberá barajar cada uno.

