Actualmente, los datos que viajan a través de fibras ópticas como rayos de luz tienen que convertirse en señales eléctricas para ser procesados. Los científicos proponen precisamente prescindir de esta conversión, lo que provoca que la navegación sea muchísimo más rápida.
El equipo, liderado por Vicent Chan, profesor de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación, demostró una nueva forma de organizar las redes ópticas que eliminaría ese proceso de conversión ineficiente. Como resultado, Internet puede potencialmente alcanzar una velocidad cien o incluso mil veces más rápida que la que hoy se conoce, consumiendo menos energía.
Una de las razones por las que la transmisión óptica de datos es tan eficiente es que diferentes longitudes de onda de luz cargadas con distinta información pueden viajar sobre la misma fibra. Pero los problemas surgen cuando las señales ópticas procedentes de distintas direcciones llegan a un dispositivo router (enrutador ó encaminador) de Internet al mismo tiempo.
La conversión en señales eléctricas permite al router guardarlas en su memoria hasta que se pueda acceder a ellas. La espera puede ser una cuestión de milisegundos, pero no siempre la transmisión resulta ser exitosa. Entonces, muchas veces se pierde tiempo y energía.
La idea de Chan, denominada "flow switching" (conmutación de flujo), resuelve el problema de una manera diferente. Se trata de establecer, entre los lugares donde hay un gran intercambio de volúmenes de datos -como una gran ciudad-, canales que sólo puedan recibir información de un único nodo y enviar a otro.
Al no existir varias fuentes de entrada, no se satura el canal y no hace falta convertir la señal óptica a eléctrica. Se ahorra lo que justamente se está haciendo notar en la Internet que hoy se conoce: mucho tiempo y energía.
El equipo de Chan trabajó en esta idea durante veinte años. Incluso puso a la práctica sus ideas en una pequeña red óptica experimental que corre a lo largo de la costa Este norteamericana.
Sin embargo, el mayor obstáculo para convertir su proyecto es, como era de esperarse, económico. Implementar el nuevo sistema supondría reemplazar los routers actuales y, en la a decir verdad, no existe todavía una demanda suficiente de los usuarios como para afrontar ese gasto. A pesar de todo, dentro de pocos años el 90% de la red transmitirá video, debido a la televisión y cine por Internet, por lo que la demanda de ancho de banda se hará notar. El salto, tarde o temprano, es innegociable.
Fuente: MIT Technology Review, Infobae

