El estudio anual elaborado por el Foro Económico Mundial (FEM) que fue presentado recientemente develó tristes cifras. Argentina quedó en el puesto 87 luego de descender 10 lugares con respecto al año pasado. La investigación que abarcó 134 países señaló que si bien el país se mantuvo sin cambios, cayó porque "continúa mostrando serias fallas en el ambiente de negocios y regulatorio, combinado con una percepción de baja priorización de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en la agenda del gobierno". A juicio de los creadores de este estudio, estos puntos deberán atenderse cuanto antes para que el país pueda explotar sus avances tecnológicos y desarrollar una mayor competitividad.
Cabe destacar que la posición de Argentina en la región latinoamericana está bastante retrasada y la superan países con un desarrollo económico inferior, como República Dominicana, El Salvador o Guatemala.
Pero este cuadro no es nada nuevo, ya que viene bajando desde el 2.002 donde Argentina se situaba en el puesto 45; luego, en el 2.003 descendió a la ubicación 50; al año siguiente, en el 2.004 bajó nuevamente hasta el puesto 76; un poco mejor quedó en el 2.005 cuando subió al lugar 71 y mejoró más aún al año siguiente (2.006) llegando hasta el puesto 63. Pero en el año 2.007 volvió a bajar al 77 y en 2008 llegó a su peor puesto, el 87.
Las bases que toma como referencia este informe anual son varias. Este año se centró especialmente en la relacion entre movilidad y tecnología. Se analizó el nivel de preparación de los países para utilizar las TIC de forma eficaz en tres dimensiones:
– El entorno empresarial, normativo y de infraestructura de las TIC en general.
– La preparación de los tres principales interesados (individuos, empresas y gobiernos) para utilizar las TIC y beneficiarse de ellas.
– El uso real de las más recientes tecnologías de la información y las comunicaciones disponibles.
El índice utiliza una combinación de datos provenientes de fuentes públicas y los resultados de la "Encuesta de Opinión Ejecutiva", una encuesta anual realizada por el FEM junto con su red de institutos asociados (institutos de investigación y organizaciones empresariales líderes) en los países incluídos en el informe.
El punto en el que la Argentina tiene una mejor puntuación es el de la participación electrónica, un índice que evalúa la calidad, la pertinencia, utilidad y la voluntad de los sitios web del gobierno de proporcionar información en línea y herramientas de participación y servicios a la gente. En este caso, la Argentina ocupa el puesto 22. Mientras que la eficacia de los órganos de toma de decisión legal (el poder parlamentario) ubica al país en la posición el 132, el antepenúltimo lugar.
Según Irene Mia, economista senior de la Red Global de Competitividad del foro y coeditora del informe, "el éxito del papel de las TIC en el desarrollo debería alentar a los dirigentes de los sectores público y privado para no perder de vista la importancia de la tecnología de la información como un factor importante para el crecimiento y la competitividad en tiempos de crisis".
El sector móvil ha desempeñado un papel fundamental en la reducción de la pobreza en los países en desarrollo, donde se ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años, según el informe.
Mia pone como ejemplo a Egipto, que logró con éxito aprovechar las oportunidades de posicionarse en Oriente Medio como un importante punto de referencia en la externalización de las TIC, gracias a un agresivo plan nacional. Al respecto dijo que "Egipto tiene potencial para ser dentro de 10 años uno de los puntos clave en la materia".
Por otro lado, en los primeros puestos se encuentran países como China que subió 11 lugares para situarse en el puesto número 46, superando a la India, que bajó dos posiciones hasta el 54.
Más arriba, en la punta de la lista, se encuentran Dinamarca y Suecia que encabezan, una vez más, los puestos. A estos dos países les sigue Estados Unidos, que escaló un puesto, lo que confirma su preeminencia en preparación tecnológica en un contexto de crisis económica como el actual. El informe destaca en su octava edición que una buena base educativa y altos niveles de capacidad e innovación tecnológicas son motores esenciales del crecimiento que se necesita para superar la crisis económica actual.
