Desde hace algunos años se viene registrando, en diferentes lugares del mundo, un fenómeno denominado "silent disco". A diferencia de lo que ocurre en una pista de baile tradicional, donde la música se reproduce abiertamente por medio de parlantes, en estas discotecas silenciosas, tal su traducción al castellano, se entrega a los participantes auriculares inalámbricos que reproducen las canciones de uno o más DJs. Una variante un poco más tecnológica de la silent disco es el "mobile clubbing". En este caso tampoco se reproduce música mediante altavoces sino que cada participante escucha sus propias canciones mediante el teléfono móvil o un reproductor personal. Esta modalidad de fiesta silenciosa es más fácil de implementar pero tiene el inconveniente de no poder unificar el ritmo de aquellos que comparten el baile, porque no escuchan la misma música.


La patente


La empresa Apple ha visto en esta tendencia a las discotecas silenciosas un posible producto a desarrollar y no ha demorado un minuto en registrar una patente para hacerse con la idea. Dicha patente consiste en una tecnología capaz de vincular dispositivos y compartir entre ellos determinados parámetros sobre las canciones que se reproducen, como el estilo musical y el ritmo (tempo). Así, un usuario podría crear una fiesta privada dentro de la disco y comenzar a reproducir canciones. Todos aquellos dispositivos que se sumen a esa fiesta comenzarán entonces a sincronizarse y a seguir las pautas que marque el dispositivo organizador. Por ejemplo, si el primero reproduce música de estilo electrónico a 130 bpm (golpes por minuto) todos los demás dispositivos intentarán reproducir, buscando en sus propias listas de canciones, temas similares o incluso el mismo, si está disponible. En principio, la idea se ha desarrollado para crear pequeñas redes locales, pero desde la propia Apple aseguran que "utilizando una red social, sería posible emplear esta tecnología para sincronizar los pasos de bailarines de todo el mundo".