Mientras el área de Recursos Energéticos de San Juan regula el uso de agua de los tres embalses para evitar que queden por debajo del mínimo de seguridad, el Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ presentó recientemente las conclusiones del encuentro “El ciclo hídrico en la Provincia de San Juan”, en el que uno de los expositores destacados advirtió que, para mantener la eficiencia en el riego, es necesario asegurar una entrega constante de 769 hectómetros cúbicos al sector agrícola, cuando en los últimos 15 años en promedio se vienen entregando 900 Hm3, por lo que hay que reducir al menos un 15% el suministro. 

Oscar Dölling, miembro del Programa de Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas de la UNSJ, basó su análisis en simulaciones de los escurrimientos del Río San Juan entre 2008 y 2023, y destacó la alta correlación entre el ciclo solar y las nevadas, lo que permitirá desarrollar modelos predictivos para mejorar la gestión hídrica.

En diálogo con Prensa Institucional de la UNSJ, el científico reforzó la idea: “En años buenos como el actual se puede comenzar a acumular en los embalses. Si se entrega esa cantidad como ‘techo’, el sistema se recuperará y habrá embalses siempre llenos. Esa es la única forma de que, si viene un año pobre -el cual viene en forma cíclica-, se tenga reservas para seguir entregando los 769 hm3. Sobre esto se han hecho simulaciones”.

Comentó que en los últimos 15 años en promedio se vienen entregando 900 Hm3. “769 hm3/año es lo que puede garantizar el sistema superficial con los embalses y la hidrología”, sostuvo, y recordó que, según INTA, “lo que demandan realmente los cultivos actuales son 500Hm3”.

Según el último informe de Hidráulica en su web, en la actualidad están extrayendo de los diques 40.000 litros por segundo, pero solo ingresan por el río 28.300. De este volumen la mayor parte va a riego, ya que es lo que se desvía a canales. Fueron justamente los presidentes de las juntas los que pidieron en una reunión en el consejo aumentar la cantidad de agua extraída, que hasta agosto era de 30.000 litros por segundo. Esta suba del coeficiente fue algo que pidieron para el primer riego de la temporada. En el futuro, el dato clave se desprenderá de los resultados de las mediciones en cordillera.

Ante la pregunta sobre cuánto habría de ahorro de agua, Dölling expresó que con esa consigna el ahorro que se pide al sector agrícola sería entre el 15 y el 20%. “Es la única manera de no tener sobresaltos durante los años pobres y además permitiría recuperar los acuíferos. Se garantiza así un sistema siempre pleno y sin altibajos. Se puede hacer perfectamente no entregando agua cuando la planta no la necesita, con mangas o sistemas de goteo e impermeabilizando canales secundarios. Con eso bastaría para resolver la sequía”, aseguró.