Miguel Angel Toneatto es el jubilado cordobés al que en febrero de 2023 le requisaron en la Aduana del Paso de Agua Negra una roca, que luego determinaron que se trataba de un trozo de meteorito. AFIP emitió una resolución multándolo a pagar 11 millones de pesos por transportar la roca, cometiendo una infracción al Código Aduanero, al ser “ material de importación prohibida”.
“Yo no puedo pagar 11 millones de pesos, no tengo de donde sacarlo. Estoy dispuesto a pagar un multa simbólica, un 4 o 5 por ciento, con plazos” dijo a DIARIO DE CUYO Toneatto.
Aunque fue declarado como contrabando en un inicio, luego del descargo y la presentación de testigos, Toneatto pudo comprobar que la piedra era suya, que había sido encontrado por su padre en Chaco, a varios kilómetros del sitio Campo de cielo, donde está el meteorito Gancedo, el segundo más grande del mundo.
“Venía de La Serena, lo traía de vuelta, porque lo había prestado a un astrónomo amigo para una muestra”, aseguró Toneatto, quien está en la provincia luego de enterarse de la resolución de AFIP en su contra buscando apelar la medida.
Toneatto aseguró que no era la primera vez que trasladaba el meteorito, que desconocía que fuera una infracción dado que era de su propiedad y de interés científico. “ A raíz de esto supe que existe la ley 26.306, que dice que los meteoritos son patrimonio cultural”.
La resolución de AFIP, resultado de un sumario contencioso, es del dia 5 de agosto, se menciona que se condena a Toneatto pagar la multa por transportar en su equipaje “material de importación prohibida” infracción prevista y penada por el Código Aduanero art 977.
El monto de la multa se calcula dice “a una vez el valor de aduana de la mercadería en infracción, cuyo monto asciende a 11.705.625 pesos”.
En los fundamentos, la resolución consigna que para determinar la valoración del meteorito se solicita colaboración a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), que les aporta que según la NASA y el laboratorio XSPACE el valor del meteorito se calcula “5 dólares por gramo”. La piedra pesa 12 kilos.
Toneatto rechaza ese valor, dijo que por las averiguaciones personales “la Nasa no tasa un meteorito y menos uno que no ha visto”, dijo a este diario y expresó que está en contacto con científicos de distintos lugares y de San Juan que avalan su postura.
“Yo creo que quisieron quedarse con la piedra. Existe el tráfico de meteoritos, porque los venden en Nueva York, en la Quinta Avenida” , analizó Toneatto, que denunció que cuando hace unos meses asistió a la oficina de Aduanas en San Juan pidiendo ver la piedra por la que lo estaban acusando- porque el no había visto más la roca desde que se la habían decomisado- no quisieron mostrársela y luego de dos horas le mostraron sólo un paquete embalado. “ Uno se da cuenta cuando la cinta está nuevita, recién puesta. Para mí no la tenían ahí. No quisieron abrirla, cómo sabía yo que lo que tenían ahí era por lo que me querían cobrar multa?”.

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Personal manipulando el meteorito en febrero de 2023. (Archivo)

El caso
El 2 de febrero de 2023 pasado la Aduana detectó en el Paso Internacional de Agua Negra, que un auto conducido por el jubilado cordobés que ingresaba desde Chile con su auto cargado de piedras, una de ellas era un meteorito, según se confirmó al cabo de una serie de análisis el Servicio Geológico y Minero Argentino (Segemar).

El personal aduanero indicó al conductor que debería descartar su ingreso al país, por razones fitosanitarias. Toneatto accedió, pero pidió una excepción, que le permitieran ingresar una piedra en particular, de aspecto brillante.
Era una roca de 12,5 kilos y 27 centímetros de largo que llamó la atención del personal aduanero. Por la aparente falta de correspondencia entre peso y tamaño, sospecharon que se trataba de un bien cultural o patrimonial, lo retuvieron y elevaron un informe.

El viaje del meteorito
La piedra sospechosa fue trasladada a Buenos Aires y enviada para su análisis por parte del Segemar, que concluyó que se trataba de un meteorito.
En su informe, los científicos intervinientes constataron “la presencia de depresiones que “corresponden a los regmagliptos formados por la ablación cuando el meteorito penetra en la atmósfera terrestre” y explicaron a la Aduana que su composición tenía una proporción de hierro/níquel que no se encuentra en la Tierra.
Dado que la ley 26.306, de “Régimen del Registro del Patrimonio Cultural” establece que los meteoritos y demás cuerpos celestes que se encuentren o ingresen en el futuro al territorio argentino, su espacio aéreo y aguas jurisdiccionales son bienes culturales, están comprendidos dentro de los efectos y alcances de una Convención internacional sobre medidas que prohíben e impiden la importación, la exportación y la transferencia ilícitas de bienes culturales”, el meteorito en cuestión era, definitivamente, de importación prohibida, según el artículo 610 del Código Aduanero. Un non-plus-ultra del contrabando, aunque no necesariamente con fines de lucro. La Aduana se enmarcó así en la Resolución sobre el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales”, de la Organización Mundial de Aduanas.

El informe del Segemar, realizado por un grupo de científicos (Andrés López, Sabrina Costa, Patricia Claramunt y Mariana Constante, y firmado por Liliana González, directora de Servicios Analíticos, dice que la piedra tiene “rugosidad característica y capa superficial tratada mediante un barniz probablemente del tipo siliconado, para evitar eventuales alteraciones” y que “por su morfología Macroscópica y características físicas corresponde a un meteorito”, del que se destaca “su elevado peso y tenacidad” y “su forma irregular, caracterizada por la presencia de cavidades que le imprimen un aspecto onduloso”.
Esas depresiones, explica el informe, “corresponden a los regmagliptos formados por la ablación cuando el meteorito penetra en la atmosfera terrestre”.
En conclusión, dice el informe, “luego de la observación macroscópica y microscópica de las características superficiales, morfológicas, estructuras internas y también, por el análisis de los datos de elementos químicos, la muestra se clasifica como Siderito octaedrito “Meteorito”, compuesto de analito, hierro, níquel, silicio, calcio, fósforo y germanio.