Un nuevo tipo de adicción llegó a los centros públicos y privados locales que se dedican a tratar estos trastornos. Dicen que ya atienden casos de adictos a las compras y que se da tanto en mujeres como en hombres. Esto genera varios problemas a nivel de relación y convivencia.

Cuando hacer compras se convierte en una conducta compulsiva y descontrolada se está frente a un problema con características similares a las demás adicciones, según dijeron los especialistas. “La baja autoestima es el trasfondo de la adicción tanto a las drogas, al alcohol y al juego como también a las compras. Con estos productos la persona intenta llenar esa carencia interior y necesidades insatisfechas que tiene. Pero en la adicción a las compras también influye el consumismo actual y la publicidad en la que se asocia el éxito y la felicidad con lo que se puede comprar”, dijo Aída García de Romero, psicóloga de familia, quien dijo que 4 de cada 10 pacientes que atiende sufre de esta adicción.

Por su parte Raúl Ontiveros, del Programa Lihué, dijo que desde hace dos meses atiende a 4 adictos a las compras, tres mujeres y un hombre. “Este trastorno no hace distinción de sexo ni de edad, aunque por lo general son personas adultas quienes lo padecen. Lo curioso es que nadie llega a la consulta diciendo que es adicto a las compras, sino que consulta por otro tema y en la entrevista uno descubre esa adicción”, dijo el especialista.

En el Centro por la Vida, dependiente de Salud Pública, también recibieron algunas consultas de adictos a las compras, aunque los pacientes no continuaron con la terapia de recuperación. “Lo más difícil para los adictos es asumir su adicción, también en este caso donde el paciente se cree lo suficientemente fuerte para controlar el impulso de comprar. No entiende que el problema no es en realidad que no pueda controlar el impulso de comprar, sino el trastorno de base que lo lleva a asumir esta conducta”, dijo Andrés Manini, del Centro por la Vida.

Esta adicción trae aparejado otro problema, según los especialistas. Los adictos usan varias tarjetas de créditos a la vez y piden préstamos para poder seguir comprando.