Tras los comicios, el monto total de los depósitos a plazo -en pesos- creció unos u$s3.595 millones, desde julio hasta el 9 de octubre, según los datos del Central. En comparación con el segundo trimestre aumentaron 2%, quebrando una serie de tres trimestres consecutivos de caídas. Aunque el crecimiento es leve, provoca un aumento de la liquidez en las entidades, genera la necesidad de colocar ese dinero, y puja las tasas hacia abajo.

El Banco Central contribuyó a la baja de las mismas al disponer, a lo largo de los últimos tres meses, una reducción acumulada para las tasas de interés de referencia, establecidas a través del mercado de pases, de 1,25 puntos porcentuales.

En línea con esta disminución, y porque las colocaciones en pesos dejaron de competir con el dólar, las tasas pasivas (por los depósitos) que pagan los bancos a los privados se ubica hoy en un promedio de 12,2%, desde el 18,65% que pagaban en diciembre.

Por su parte, la caída de las tasas pasivas repercute en las activas (las que cobran por los créditos), aunque con cierta rigidez.

Más allá del empujoncito que dio el Central, lo que verdaderamente ayuda es el nuevo contexto del segundo semestre: El mundo se tranquilizó y hay mejor panorama financiero en argentina (Fuente: Infobaeprofesional)