Para los testigos del megajuicio fue un verdadero sacrificio tener que volver a los lugares donde muchos de ellos fueron vejados, torturados y hasta les hicieron pasar por simulacros de fusilamiento en un intento para que las víctimas se quebraran y delataran a sus compañeros de lucha. Algunos de ellos, como Margarita Camus, Juan Neffa, Virginia Rodríguez y su esposo Oscar Acosta, Cristina Leal y Héctor Cevinelli, entre otros, contaron de los días que tuvieron que pasar encapuchados y sin saber lo que iba a ser de sus vidas. Para la mayoría, fue la primera vez que volvieron a los lugares de la tortura y represión y eso se notó en sus relatos emocionados a los jueces del Tribunal Oral que les preguntaban por lo que había pasado en esos lugares durante la dictadura.
