Hacen un trabajo silencioso a diario. Se ponen el chaleco rojo con la enorme cruz que los identifica y salen a la calle para aportar un granito de arena en medio de la pandemia de coronavirus. Y mientras muchos sanjuaninos vuelven a sus casas para aislarse y protegerse del virus que tanto atemoriza a la provincia, sobre todo en los últimos días, ellos le ponen el pecho a las balas y hasta entran a las zonas donde el virus ya infectó a varias personas. Así, divididos en grupos y tratando de extremar las medidas de precaución, los voluntarios de la Cruz Roja Filial San Juan brindan asistencia alimentaria a merenderos de zonas carenciadas y hasta van casa por casa en Caucete para hacer relevamientos y conocer las necesidades de cada familia que fue aislada.

Desde que la emergencia sanitaria comenzó en San Juan, los voluntarios de la Cruz Roja comenzaron con su tarea de manera presencial y virtual, enseñando a diario las medidas de prevención de esta enfermedad. Recorrieron casas en Chimbas, hicieron relevamientos para saber las condiciones económicas y sanitarias de algunas zonas y hasta en algunos rincones de ese departamento hicieron campañas para enseñarles a grandes y chicos a lavarse las manos de la manera correcta. "A nivel general estamos trabajando en dos merenderos de Chimbas, en el marco de las acciones de seguridad alimentaria y medios de vida", dijo Fabiana Barrera Kuhn, que es voluntaria desde hace 7 años. Comentó que este proyecto consiste en ayudar con alimentos a dos merenderos que debieron cerrar durante la pandemia y que en unos meses comenzarán a trabajar con la comunidad de los alrededores de estas instituciones. El próximo trabajo consiste en ayudar a los vecinos a que busquen las herramientas para que puedan conseguir recursos económicos propios, teniendo en cuenta la dura situación económica que atraviesa el país. A pesar del riesgo que conlleva estar en la calle permanentemente y en contacto con muchas personas (hoy quedan 20 voluntarios en las calles), comentó que ellos hacen su trabajo con mucha alegría.

Alimentos. La donación de alimentos a los merenderos de Chimbas la harán hasta fines del mes que viene. Esto es en el marco de un programa nacional de la institución.

 

Una de las tareas más complejas que les tocó hacer a algunos voluntarios fue el relevamiento en Caucete, cuando el brote de coronavirus comenzó en San Juan. Satisfechos de poder colaborar en esta crisis sanitaria, algunos voluntarios comentaron cómo fue ese trabajo, qué sintieron y cómo se prepararon para evitar el contagio. "Cuando surgieron los casos en Caucete estuvimos colaborando casi desde el principio. Fuimos convocados por el Ministerio de Desarrollo Humano para ayudar con los relevamientos en los barrios. Puntualmente, yo estuve en el Justo P. Castro III y ahí hicimos encuestas socioeconómicas y de salud. Es un trabajo que implica riesgo, pero lo hacemos tranquilos porque respetamos todos los protocolos", comentó Leandro Martín, uno de los voluntarios y agregó que ellos controlaron también que la gente del barrio saliera con tapaboca y mantuviera la distancia, pues además del relevamiento también fueron los encargados de acompañar a los vecinos hasta la plaza donde les hicieron los testeos. "Ser voluntario de la Cruz Roja es una gran responsabilidad. Nosotros, en este contexto de emergencia, damos una respuesta y estamos preparados para trabajar. Desde ese conocimiento aportamos nuestro granito de arena. Somos conscientes de que no estamos exentos de contagiarnos y por eso extremamos las medidas de seguridad", agregó Juan Castro, otro voluntario que explicó que ellos usan barbijo y máscara facial, que se cambian el tapaboca cada dos horas y que desinfectan sus elementos de trabajo y hasta sus vehículos para evitar transmitir el virus.