Ayer por la mañana, la docente en Sociología en Canadá, Ana Isla (foto), aseguró que el nodo fundamental de la actividad minera “es la ausencia de regímenes legales o regulaciones para el capital global”. Así destacó que las inversiones canadienses son las que mayor número de extracciones explorativas poseen en México, Perú y Argentina, que llegaron a su plenitud en 2010 con 1.613 proyectos en todo Latinoamérica. Sus características son la expansión sin precedentes en lugares ocupados por comunidades aborígenes o campesinas, violando derechos humanos y de ambiente, aseguró. La profesional compartió mesa con el economista chileno Julián Alcayaga, quien habló sobre el tratado minero argentino-chileno y dijo que por suerte fue un fracaso. “A través del tratado firmado por los presidentes Frei y Menem, en 1997, los gobiernos le entregaban la cordillera a las empresas transnacionales, quienes debían auto-regularse”, sostuvo.