El Covid-19 golpeará fuerte a las economías regionales como la que intregra San Juan en la región cuyana. El sector productor vitivinícola, que es uno de lo principales puntales agropecuarios de esta provincia; calcula que necesitará 5 mil millones de pesos para encarar la nueva producción y solamente obtendrá alrededor de un tercio por comercializar la presente cosecha, a causa de la menor producción por el clima y la sequía, y los precios bajos de la uva.

Es decir que necesitará más de 3 mil millones de pesos en capital para subsistir en medio de la crisis que desató la pandemia de coronavirus y que provoca serios problemas para pagar sueldos, aportes, servicios e impuestos y comprar insumos, mientras no llega la ayuda en créditos de la Nación para el sector primario. Así lo analiza un estudio sobre los efectos de la pandemia en San Juan y Cuyo, realizado por la Mesa de Economías Regionales de CAME, que integra Juan José Ramos y donde Hermes Rodríguez es Vicepresidente en Cuyo. A nivel nacional, las economías regionales en su conjunto requerirán 650 millones de dólares, según cálculos CAME (ver aparte).

El análisis indica que la vitivinicultura no tuvo problemas en el levantamiento de la cosecha ya que fue una actividad que se excluyó de la cuarentena y tampoco hubo falta de cosechadores (además de que no hubo ningún infectado), por la merma del 27% en cosecha de uva. Incluso se esperaba una merma en el consumo de vinos y exportaciones como consecuencia la pandemia pero ocurrió todo lo contrario, ya que hasta abril ha aumentado el consumo y las exportaciones de vinos y mosto.

No obstante, el sector viñatero está disconforme con el accionar del presidente del INV porque no dio respuesta inmediata al pedido del gobierno de San Juan y de las entidades viñateras de postergar la liberación de los vinos nuevos, para neutralizar los efectos negativos de los excedentes sobre los precios pagados por la uva y el vino de los maquileros. Incluso aducen que ""el mayor daño" que causó en el sector la pandemia fue que dio la excusa para demorar la aplicación de las medidas regulatorias prometidas en la campaña para recuperar la rentabilidad perdida desde hace varios años.

El informe indica que ante el actual escenario, la ayuda nacional prometida por efecto de la crisis no ha llegado al sector viñatero.

Dicen que única asistencia ha sido la del gobierno provincial con los créditos a tasa cero y apoyo a las bodegas chicas para elaboración. ""El sector requiere en capital de trabajo disponer de unos 5 mil millones de pesos para la nueva producción y sólo un tercio se podrá obtener con los ingresos de la cosecha", dice el documento. Por eso el sector tiene graves dificultades para cumplir en tiempo con el pago de salarios, aportes y contribuciones, obra social y ART, ya que los pocos recursos con que contaba se utilizaron para levantar la cosecha, y los grandes compradores de uva recién comienzan a pagar a partir de julio o agosto. ""Cuando la macroeconomía vitivinícola está funcionando aún mejor que antes, esa mejora no ha llegado a los productores. Hace falta entonces una rápida y urgente intervención estatal para lograr un equilibrio en la cadena de valor partiendo de garantizarle al productor un precio justo que cubra sus costo, mas una justa rentabilidad", señalan. Por último, agregan que el sector hasta ahora ha mantenido la mano de obra, aun cuando no fueron incluidos en la asistencia financiera nacional de los ATP que otorga subsidios para afrontar una parte del salario.

Respecto al relevamiento cuyano, Rodríguez identificó los problemas que surgen en medio de la pandemia. Uno es el consumo, que esta totalmente estancado por la falta de dinero de la gente. otro es el costo de los insumos que viene en ascenso y está atado al dólar. Además, muchas exportaciones no arrancan porque siguen las limitaciones al transporte en algunas provincias. Hay falta de acompañamiento de los bancos para otorgar créditos y los altos costos de electricidad atentan contra la producción ya que la economía cuyana es electrodependiente.
 

 

  • Los problemas en el país

El informe que CAME hizo sobre las economías regionales fue enviado al Ministro de Agricultura, Luis Basterra. Allí señalan entre otras cosas que aunque las actividades productivas están exentas de la cumplir la cuarentena, hubo una fuerte descapitalización que puso en serios problemas a los productores por no haber trabajado "con normalidad". Entre algunas de las falencias (ver infografía) señalan el impedimento de cobrar cheques, exportar, vender y acceder a programas oficiales. Un 11% de productores no pudo cosechar o producir, mientras que un 82% de las pymes tuvo dificultades para comprar materias primas o insumos, ya sea por dificultades en sí o por retrasos en la entrega. Otro 40% no pudo abonar salarios el mes pasado y entre los que lo hicieron, solo un 37,4% los pagó con fondos propios. La situación también se presentó en las obligaciones impositivas y en el pago de servicios públicos, en donde las dificultades más mencionadas dieron cuenta que el 29% de los productores no pudo pagar la luz, gas y agua de abril.

Además, a raíz de la pandemia de coronavirus, el 74% planteó dificultades para exportar. En total, se calcula que necesitarán 812 millones de dólares en capital para poder sobrevivir en medio del escenario económico con coronavirus. El informe destaca que el 63% de las explotaciones agropecuarias nacionales son economías regionales que invierten unos US$ 4.200 millones en concepto de capital de trabajo.