En la edición del 16 de marzo de El Nuevo Diario dijo que Melvin le había dicho llorando en su despacho que si seguía investigando le iban a “cortar la cabeza”. Era porque el ex fiscal Quiroga y el abogado Graffigna la habían presionado para modificar los informes de las tasaciones. Después ratificó sus dichos en la Justicia.