La reedición del Vía Crucis de Caucete no resultó como esperaban sus organizadores. La peregrinación que se comenzó a pie se tuvo que terminar en auto para prevenir accidentes y llegar a horario, y no se pudo representar ninguna de las 14 estaciones, tal como se había planificado. El intenso e ininterrumpido tránsito de todo tipo de vehículos no permitió que la gente se detuviera por más de dos minutos a la vera del camino a rezar, y retrasó el avance de los caminantes. Lo que sí se cumplió fue contar con la presencia del Arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Delgado, quien a las 7:30 en punto de ayer llegó al predio de la Difunta Correa para bendecir a todos los peregrinos.
Terminada la misa a las 23:30 del jueves, la gente comenzó a encolumnarse sobre la Diagonal Sarmiento y frente al templo, para comenzar el Vía Crucis que llegaría hasta la Difunta Correa, tal como se hizo por última vez hace 20 años. Pero al frente de la peregrinación no iba nadie cargando la imagen de una virgen o una cruz de madera. Encabezando el pelotón iba el sacerdote Miguel González, bien abrigado y con casco, a bordo de un cuatriciclo. El párroco se montó en este vehículo para poder estar en movimiento permanente, corroborando que todo marchase bien. Y fue en una de esas idas y venidas que comprobó que era muy peligroso pretender que los caminantes se parasen a rezar. "Parecen endemoniados, te llegan a voltear con el aire, así van a levantar a cualquiera", fue la primera expresión de disconformidad y preocupación del párroco ante el paso a gran velocidad de cientos de motos, bicicletas, autos, camiones y colectivos, que ni siquiera disminuyeron la velocidad ante la proximidad de un grupo de peregrinos, haciendo que los mismos varias veces se tuvieran que meter a un guadal de tierra, temerosos de ser atropellados.
Por eso el rezo del Vía Crucis se terminó haciendo desde arriba de los vehículos que se detuvieron sólo por unos instantes a la vera del camino. "Parece que la presencia de la Policía y de Gendarmería no sirve para que los conductores respeten la velocidad y a los que van caminando, haciendo un sacrificio enorme para pedir una bendición o agradecer una recibida -se lamentó el párroco-. Vamos a tener que organizarnos de otra manera para el año que viene, y los sucesivos, porque la idea es que el Vía Crucis de Caucete a la Difunta Correa se haga todos los años".
Lo mismo sostuvo Daniel Rojas, presidente de la Fundación Vallecito, quien dijo que hay mucho por cambiar para que este evento se pueda realizar sin contratiempos. Afirmó que la inauguración de la Senda del Peregrino, aún sin confirmar, va a ser de mucha utilidad para organizar la peregrinación y tener un lugar más seguro donde representar cada una de las 14 estaciones del Vía Crucis.

