“El no volver a casa tras la jornada laboral, mantener solo comunicación telefónica cuando las condiciones lo permiten o el estar sin sus comidas, sin sus olores y sin sus afectos, provoca una caída de la producción que se suele asociar la séptimo día de estar fuera del hogar”, detalló Carlos Hernández, titular de Europa Coaching. Para la consultora, es en este día cuando mayores quiebres se producen debido a la caída de la estabilidad emocional.
“La estabilidad emocional es uno de los factores de personalidad más importantes. Explica la tendencia de algunas personas a ser más vulnerables a problemas de depresión y ansiedad cuando se encuentran con situaciones estresantes”, explicó Hernández.
Santiago de la Torre, psicólogo social de la empresa de servicios mineros Semisa, sumó su visión al respecto: “Tiene que ver con el desarraigo y las manifestaciones son la irritabilidad, falta de concentración, disminución en el rendimiento, menor velocidad en el desempeño de ciertas tareas”, explicó el psicólogo.
Según los expertos, existen herramientas que pueden contribuir a un mejor pasar de los trabajadores y brindar apoyo emocional. Las llamadas diarias para mantenerlos conectados con sus familias son fundamentales y una recompensa al sacrificio personal. Tener fotografías familiares es algo básico y si se es papá primerizo, la ropita del bebé con su perfume es una manera de sentirlo cerca en los momentos de descanso.
Al respecto también es un aporte interesante la realización de sesiones grupales que pueden contribuir a disminuir la ansiedad y la angustia en los trabajadores. Mediante talleres con profesionales, los encuentros podrán beneficiar la exteriorización de situaciones, muchas de ellas compartidas entre ellos como las relaciones con los hijos o la pareja, produciendo un alivio en el trabajador durante su estadía en la mina.