Si el objetivo es vender más, el problema es la promoción (la otra es el sostenimiento del empleo). Una propuesta agresiva de promoción de nuestros vinos a los mercados internos y externos es clave, pero para eso no hay buenas noticias. Atados a una cosecha y elaboración más pobres, los recursos para la promoción se recortarán aproximadamente en un 25 %. Menos litros, menos cuota de aporte (pese a que la alícuota aumentó un 20 %) y promoción más cara. Encima, publicidad reglamentada y empujada al horario más caro (22 a 1). Panorama poco alentador si observamos a la cerveza, que para éste año sale con los tapones de punta en materia de promoción. Una sola marca invertirá este año $50 millones en campañas de promoción. Contundente, frente a los magros $9 millones que invirtió el año pasado la vitivinicultura a través del Fondo.

Para colmo, a partir del 3 de mayo, las bodegas y la campaña genérica de promoción del vino de la COVIAR, no podrán contratar espacios en TV y radio en el horario de protección al menor, entre las 12 y las 22.