No es un circo, simplemente es una colonia de verano. Sin embargo, las acrobacias en telas se pueden practicar todas las mañanas. Así, lejos del vértigo, los chicos disfrutan cada minuto que tienen para poder despegarse del piso. Descalzos, concentrados en las indicaciones de la profesora y con la adrenalina a full por subir, los niños de Chimbas hacen colas para practicar las danzas aéreas.

Desde los alrededores del CIC del barrio Los Andes, los niños llegan pasadas las 9 de la mañana. Primero desayunan y después se preparan para practicar las acrobacias, que desde el primer día se convirtieron en la atracción de la colonia.

En grupos, todos los chicos del CIC de Chimbas tienen la posibilidad de subir. Sin embargo, hay un grupo de 10 chicos entre nenas y varones que entrenan durante un tiempo más largo porque preparan una coreografía para el cierre de las colonias.

‘Para el cierre vamos a colgar unas 8 telas y vamos a armar una coreografía junto con las otras actividades que tienen los chicos‘, explicó al respecto la profesora Victoria Sánchez, que es la encargada de enseñar esta práctica para estar en el aire.

Luego, ordenados por Victoria, los chicos, a los que la cara de felicidad los delata, empiezan a jugar a ser artistas de circo. Con una sonrisa dibujada, los niños trepan los dos pedazos de telas que cuelgan desde el techo hasta el piso. Mientras que muchas colchonetas azules hacen de protección en el suelo.

Colgadas de una estructura de acero desde el techo las telas negras sostienen a los chicos. Y el pequeño rincón organizado para las acrobacias se transforma todas las mañanas en una carpa donde los chicos deslumbran con sus avances.

‘Subí más alto, abrí las telas y largate para adelante’, le explicaba Victoria a uno de los varones, que con mucha fuerza y destreza se animó también a quedar cabeza abajo colgado de los pies. Mientras que los más chicos y los más curiosos miraban admirados.

‘Yo pensé que las nenas se iban a prender más, pero los varones me sorprendieron. Acá en el CIC no tenemos piletas grandes ni canchas de fútbol, por eso pensamos en hacer algo diferente y nuevo para los chicos. Así decidimos enseñarles acrobacias en tela, que es algo que ninguno había hecho antes‘, dijo la profesora, que practica el arte circense.

‘Me encanta y no me da miedo. Esperamos cada mañana para venir a subirnos a las telas‘, dijo uno de los chicos que mostró ante la cámara del diario la habilidad que ha adquirido en la colonia. Además y a pesar de tener una gran variedad de actividades, los varones aseguraron que es lo que más les gusta hacer.