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UN DRAMA. Cristian Tejada dijo que los vecinos saben que ocupan ilegalmente el predio, pero que no tienen recursos para vivir en otro lado y en condiciones más dignas. Al fondo, el peligro de los cables.

 

La denuncia de Energía San Juan ante el Juzgado Contencioso Administrativo le dio luz a la situación que viven cuatro familias en Rivadavia, que usurpan un predio municipal y que están justo debajo de una línea de alta tensión. La empresa distribuidora de electricidad le pidió a la Justicia que intervenga para sacar del lugar a esas familias, entre las que hay seis menores, pues ocupan lo que se llama franja de riesgo. Y no es para menos, en los fondos aparecen unas inmensas torres y a un puñado de metros sobre sus techos de caña y barro se pandean gruesos cables eléctricos. 

Ya se desarrollaron dos audiencias judiciales y habrá otra más la semana que viene, una dilación que tiene respuesta: dicen que se trata de un tema complejo porque en principio esas familias deben ser desalojadas por usurpación, pero a la vez son personas que viven en condiciones muy humildes y no tienen otro lugar dónde vivir. 

Las cuatro familias en cuestión levantaron sus pequeñas casas de adobe y cañas pegadas al paredón del DIM 22. Forman parte de un gran asentamiento y de acuerdo a los vecinos, hace unos cinco años que están allí. A diferencia de las viviendas que las rodean, nunca les habilitaron los medidores y por eso se cuelgan de la luz, a la vez que tienen conexiones clandestinas de agua potable. Cristian Tejada, uno de los vecinos que tiene su casa bajo la línea del tendido eléctrico y quien mantiene a su familia de lo que gana en las cosechas, reconoció que ocupan ilegalmente el terreno, pero dijo que no les quedó otra opción. “Vivimos aquí porque no tenemos otro lugar. Ya vino gente del IPV, de la municipalidad, de Energía San Juan y a todos les dijimos lo mismo. Si tuviéramos para irnos a otro lado, ya lo hubiéramos hecho, pero esto es lo que podemos darles a nuestros hijos”, dijo el hombre, quien ayer pegaba adobes luego de que el último sismo afectara su casa. Por las grietas que quedaron es que se desarmó parte del comedor. Sin embargo, por arriba suyo, latente ante alguien que arroje un objeto metálico que produzca una descarga o cualquier otro problema vinculado a la electrificación, también acecha un peligro permanente: los cables de alta tensión. 
 

 

Por ahora, sin resolución

El caso lo lleva adelante la jueza en lo Contencioso Administrativo, Adriana Tetamanti, quien ayer convocó a una segunda audiencia para encontrar una solución al problema. La funcionaria judicial se mostró prudente en el avance de la causa y sólo dijo que sigue evaluando las posturas de las partes convocadas. Ayer participaron los representantes de Energía San Juan, la Municipalidad de Rivadavia, el Ministerio de Desarrollo Humano y la Asesoría de Menores, entre otros especialistas convocados. Finalmente, Tetamanti convocó a una nueva audiencia para la semana próxima. “He pedido una serie de medidas a las partes intervinientes y, de acuerdo a las presentaciones, estaré en condiciones de resolver”, dijo la jueza.