Tras los escombros y la tierra removida, detrás de la casilla de una vieja estación de tren, se puede ver una carpa de nailon en la que viven dos mujeres con sus pequeños hijos. Están asentadas en el terreno en el que estaba la villa Sánchez de Loria, de Pocito, la última en ser erradicada en la provincia. Las mujeres dicen que permanecerán allí hasta que les den una casa. Y desde el Gobierno afirmaron que no les darán vivienda, pero que tampoco las echarán, porque apuestan a que se terminen yendo solas.
La situación va en contra de una idea central en la erradicación de villas. Lo que el Gobierno busca es sacar a las familias, dándoles casas en barrios, y que los terrenos usurpados queden libres para diversos fines. Por eso a nivel oficial se pone mucho énfasis en controlar que las tierras no vuelvan a ser usurpados por otras personas. Este es un punto que las autoridades destacaron en cada acto de erradicación, que ya llegaron a 54.
La villa pocitana, ubicada en calle 7 y Guayaquil, en un terreno de la ex estación de ferrocarril San Martín, fue erradicada el 27 del mes pasado. Todas las construcciones que habían allí fueron destruidas por las topadoras. Incluso cayeron las casas en las que, según aseguran, vivían Nadia Rodríguez y su hijo y Patricia Aguilera con sus tres hijos, ambas empleadas domésticas. Pero, por diversas circunstancias familiares, las mujeres no estaban cuando el Gobierno censó a las personas que habitaban el lugar. Por lo que no fueron adjudicatarias de una casa en el barrio Teresa de Calcuta, al que fueron enviadas las demás familias de la villa.
Luego de la demolición, las dos mujeres decidieron asentarse en el terreno, en el que viven sin servicios y con la luz de la calle. Ahora reclaman a las autoridades que les den una vivienda.
Pero un alto funcionario del Ejecutivo provincial le dijo a este diario, fuera de grabador, que no les darán una casa. Según aseguró, el motivo es que las mujeres no vivían en la villa, sino que se acercaron al lugar unos días anteriores a la erradicación. Y explicó que no sería justo que les dieran vivienda a ellas cuando hay otras familias en la provincia que también las necesitan y sí fueron censadas. En cuanto al modo en que piensan actuar, dijo que no las sacarán del lugar, sino que esperarán "que se vayan solas, porque no podrán vivir por mucho tiempo en las condiciones en las que están".
El mismo funcionario aseguró que en el futuro el lugar será cercado por el municipio de Pocito. Y que lo que se pretende es que el terreno quede libre para la construcción de la futura estación San Juan, en caso de que vuelva a funcionar la línea de trenes que conecta San Juan con Mendoza.

