En una época en la que la mayoría de las bibliotecas populares comenzaron a tecnificarse y a estar conectadas a internet, la biblioteca Antonio Ercilio Zeballos, de Astica, retomó un método antiguo de traslado de libros para que la literatura llegue a los pueblos alejados. Usan un burro y unas albardas para trasladar unos 30 libros. Esta iniciativa fue propuesta por la biblioteca para que los alumnos que forman parte del Club de Lectores, de la escuela Benito Lynch, conozcan cómo se trasladaban los libros hace varios años. Sin embargo, esa muestra fue tan exitosa que ahora la institución de Valle Fértil decidió comenzar a ir a lugares lejanos como a los Baldes de Astica, para que todos las personas que viven en puestos, de difícil acceso, puedan tener contacto con los libros de la institución.
Si bien hay bibliotecas populares que tienen modernos bibliomóviles, como colectivos o carros en los que las publicaciones van ordenadas como en las estanterías de las bibliotecas, los astiqueños optaron por cargar el lomo del animal para poder acercarse a los que viven lejos de la casita donde funciona la institución que tiene 20 años (ver aparte). Esto, porque no tienen otra opción, ya que hay pueblos a los que no se puede llegar en movilidades. ‘Don Zeballos, el creador de la biblioteca usaba sus burros o mulas para llegar hasta las Sierras de Elizondo y Riveros hace muchos años, pero actualmente sigue siendo la única opción para acceder a lugares a los que no se puede ir en movilidades‘, dijo Ilda Brizuela, una de las autoridades de la biblioteca que está ubicada en un humilde casita en el corazón del pueblo vallisto. La mujer contó que después de que algunos alumnos subieran las fotos del burro con los libros, desde el Ministerio de Turismo y Cultura les ofrecieron llevar este llamativo Bibliomóvil a la Feria Provincial del Libro, en Rawson, que será hasta el 10 de octubre.
Los libros son trasladados en albardas, que son similares a las alforjas que usan los habitantes de las sierras para trasladar su mercadería y que fueron hechas de manera casera con madera terciada y forrada con una tela de carpa. Estas especies de cajas, llevan un cierre para que los libros queden resguardados y seguros. ‘Es para que no caigan o no se mojen‘, dijo Brizuela.
El primer viaje que hizo el burro con los libros fue a la escuela Benito Lynch, de Astica para que los chicos de jardín y de 1ro a 6to grado disfrutaran de este llamativo bibliomóvil. ‘Fue una experiencia única y sorprendente. Con el burro vamos a llegar a cada rincón de las sierras vallistas‘, dijo la bibliotecaria.
