A medida que pasaban las horas, la angustia de la gente fue creciendo de la mano de la bronca y la incertidumbre. Es que desde el viernes por la noche, miles de personas se quedaron sin el servicio de agua potable en parte de Rivadavia y Capital por la rotura de un caño matriz ubicado en avenida Ignacio de la Roza. Al cierre de esta edición, unas 15.000 personas llevaban un día sin el suministro. Desde OSSE informaron que dos cuadrillas de obreros trabajaban intensamente en los dos tramos dañados y que al cierre esperaban restablecer el servicio.
Todo comenzó el viernes por la noche, cuando un caño matriz de hierro fundido se rompió sobre avenida Ignacio de la Roza, a la altura de la exbodega de Cinzano, en Rivadavia. Para poder trabajar, personal de OSSE tuvo que cerrar algunas válvulas de circulación, pero la presión del flujo en la zona hizo que luego colapsara un tramo del mismo caño, pero frente a la Universidad Católica de Cuyo. Fue tan grave la situación ahí, que un vehículo cayó al pozo que se formó en el sector, afortunadamente sin lesiones importantes para sus ocupantes.
Además, el agua anegó distintas calles de la zona, afectando a su vez el normal flujo del tránsito.
Ante esta situación, a OSSE no les quedó otra opción que interrumpir el suministro desde la planta potabilizadora de Marquesado hacia el caño matriz de la Ignacio de la Roza, lo que implicó a su vez falta de servicio y problemas de presión en las zonas aledañas, por la interconexión de los ramales, indicó Cristian Andino, titular de OSSE.
SIN DESCANSO
El personal estaba trabajando sin descanso en la zona, al cierre de esta edición. Además de las dificultades propias del terreno y de haber tenido que excavar un pozo de grandes dimensiones, el material del caño también implicó un desafío para los operarios. Es que el hierro fundido complicó las tareas de corte y empalme, explicaron los especialistas.
Anoche, las cuadrillas de obreros se esforzaban a casi 3 metros de profundidad para poder restablecer el servicio.
Del otro lado, las familias afectadas vivían horas de angustia por la falta del servicio y la incertidumbre de no saber la hora de restitución del suministro. Hubo quejas y malestar de los usuarios, especialmente entre los que no pudieron tomar medidas preventivas de aprovisionamiento. Es que a última hora del viernes, OSSE ya había advertido de la gravedad del problema en un comunicado.

