Después de la “Gran Guerra”, muchas democracias de países europeos se destruyeron sustituyéndolas por regímenes totalitarios de extrema derecha como el fascismo italiano y el nazismo alemán. En la Unión Soviética se desarrolló una dictadura de extrema izquierda representada por el stalinismo. La “gran depresión” económica que se vivió a partir de 1929 contribuyó al aumento de inseguridad, violencia y tensión en las relaciones internacionales. Esta crisis económica mundial fue precipitada por la crisis de la economía norteamericana, que empezó en 1928 con la caída de los precios agrícolas y culminó el 29 de octubre de 1929 con el hundimiento de la Bolsa de Nueva York.
