La recta quedaba larga para tantas pedaleadas, pero no importaba. La idea era ir lo más rápido posible y disfrutar el momento. Un autódromo abierto exclusivamente para chicos no se da todos los días y por eso, los pocos que aprovecharon la ocasión le sacaron el jugo el pasado fin de semana. Como parte de los entretenimientos en las vacaciones de invierno, la Municipalidad de Rivadavia habilitó el mítico autódromo El Zonda-Eduardo Copello para que los chicos pudieran recorrerlo en bicicleta o patinetas.
Pese a la buena idea, no fueron muchas las familias que asistieron. Entre las que fueron, algunas hasta llevaron sánguches, gaseosas y mate. En ese rubro estuvieron los hermanos Gustavo y Miguel García, quienes fueron con sus familias y armaron una mesa bajo los boxes.
‘Apenas nos enteramos de esto, con Gustavo dijimos que no lo podíamos dejar pasar. Trajimos de todo un poco para comer y la verdad es que los chicos se cansaron de jugar. Si hasta para nosotros, los grandes, poder tener el autódromo a disposición es un placer‘, dijo Miguel, quien por eso se animó a recorrerlo en una patineta de dos ruedas.
Desde la Municipalidad de Rivadavia se mostraron sorprendidos por la floja convocatoria, a la vez que informaron que las familias que asistieron fueron de Rawson, Rivadavia y Capital. Según el cronograma municipal, el autódromo volverá a abrirse el 23 y 24 de julio, de 11 a 17.

