Ayer a las 7,30 de la mañana, la tranquilidad de una finca de Pocito se vio alterada. La llegada de móviles policiales y de bomberos fue parte de una pequeña novela que duró unas 3 horas. Es que un joven que dijo tener 15 años (aunque desde la Secretaría de Seguridad dijeron que tiene 17 años) que supuestamente estaba robando unos cables de una bomba subterránea cayó dentro de un pozo de más de 80 metros y fue rescatado con vida. "Fue una situación muy rara. Nosotros de entrada sabíamos que quizás era un ladrón, pero el rescate lo hicimos como si se tratara de cualquier ciudadano. Una persona con dos dedos de frente no se mete al pozo, pero había que sacarlo vivo y cumplimos", dijo Daniel Elgueta, el bombero que entró al pozo y rescató al chico. Por su parte, el casero de la finca contó cómo fue el momento en que se enteró que había alguien dentro del pozo y cómo dieron aviso a la Policía.
Llegar a la finca La Macarena, ubicada en las inmediaciones de calle 7 y Costa Canal, no es sencillo. Hay que transitar unos 2 kilómetros por una calle de piedra y hay que pasar descampados, ripieras y algunas fincas. "Y de noche, en este lugar no se ve nada", dijo Pedro Fernández, el casero de la finca, que fue quien ayudó a un desconocido, que supuestamente es un cómplice del supuesto ladrón, a orientar a los policías.
"Desde el 911 nos avisaron, y cuando llegamos encontramos mangueras negras -que usan para regar las fincas- y unas sogas y lo primero que hicimos fue tratar de medir con eso la profundidad del pozo", dijo Elgueta y comentó que tenía unos 80 metros.
El bombero contó que tras medir la profundidad y tomar contacto, a los gritos, con el joven que pedía que lo ayudaran, tomó la decisión de meterse. "Es un pozo angosto, debe tener un diámetro de un metro o un poco más. Hay que ser astuto o demasiado valiente para meterse en ese pozo. Son kamikazes, se meten por unos metros de cable. El chico estaba con un arnés, con una soga muy larga y con la manguera atada con alambres y con nudos bien hechos. Hasta habían atado la soga a un caño para hacer como un anclaje. Era algo precario, pero sabían lo que estaban haciendo. De hecho, el cable de la bomba no estaba, así que se lo llevaron y dejaron al chico adentro del pozo", dijo el bombero y comentó que lo único que les repetía era que lo ayudaran y que en el momento en que fue rescatado les dijo que estaba en buen estado de salud y quería irse. "Estoy bien, nos decía, pero dicen que estaba lastimado y quebrado. Yo no lo vi porque salí del pozo después que él. Sí sé que estaba muy mojado porque el pozo tenía agua en la base. Estaban robando, pero nosotros priorizamos el rescate. Para eso nos preparamos, para ayudar a todas las personas. Después la Justicia determinará qué hacer con ese chico", dijo Elgueta, que tiene 40 años y hace 11 que es bombero de la Policía de San Juan.
Por su parte, el casero Fernández comentó que como a las 7,30 de la mañana sintió que alguien llamaba desde afuera de la casa. "Me asomé por las ventana y era un hombre que me dijo que estaba yendo a trabajar a la cebolla y que le habían dicho que un chico se había caído al pozo. Me pidió un teléfono, pero yo ni salí ni le presté. Él llamó al 911 y yo lo orienté para que les dijera cómo llegar hasta la finca. Yo no salí por miedo y porque me pareció raro que me dijera que estaba trabajando en la cebolla, cuando no es tiempo de eso", dijo el hombre que es casero hace 25 años de ese lugar y agregó que cuando llegó la Policía, él salió de la casa y el otro hombre ya no estaba. "Para todos es un cómplice, que no lo pudo sacar y se fue. Tienen que haber sido varios, porque se llevaron unos 86 metros de ese cable -que cuesta cerca de 4.000 pesos el metro- y venían bien preparados para hacerlo. Aunque ni sabían dónde estaban, porque no podían orientar a la Policía", agregó el hombre y comentó que no es la primera vez que les roban los cables de las bombas de riego que tienen en la finca pocitana.