"Esto no es una aventura personal, es el mandato de Jesús", dijo el padre Roberto López, párroco de Casuarinas, nacido en el departamento de Iglesia y que en pocos días partirá en una misión religiosa a Cuba. Sus palabras y el relato de su tarea misionera sirvieron ayer para dar inicio a la celebración de Corpus Christi en La Catedral. De esta celebración participó una multitud de fieles y alumnos de distintos establecimientos católicos de la provincia. El frío hizo que este año la misa se hiciese adentro del templo. Es por eso que el sitio estaba colmado de fieles. Incluso muchos no pudieron ingresar. La misa comenzó a las 16. Pero este año tuvo un condimento especial. Es que el arzobispo de la provincia, monseñor Jorge Lozano, pidió que en el marco de esta celebración se rezara por la misión que emprenderá el padre Roberto López. Es por eso que el sacerdote relató sus experiencias anteriores ante la multitud, antes de la misa.
Desde que estaba en el Seminario, el padre Roberto sintió el llamado a la misión. En 2006 vivió su primera experiencia como misionero y partió hacia Cuba. Allí estuvo durante 5 años. Para él, esta fue una experiencia fuerte. En un sitio con costumbres distintas, rodeado de pobreza y sin libertad, junto a otros sacerdotes misioneros le tocó la tarea de ayudar a reforzar la fe de los cubanos. En 2008, la provincia de Holguín sufrió el azote de un ciclón y se quedaron sin templos ni viviendas. Entonces comenzó otra etapa en su misión. En San Juan organizó en ese momento una campaña para ayudar a los damnificados. "La tarea pastoral fue intensa", contó el sacerdote. En 2010 le tocó trasladarse a Haití, cuando ocurrió el terremoto. Allí tuvo que asistir a la gente en los hospitales. Ahora, una nueva misión lo espera en Cuba y es por eso que ayer pidió que rezaran por esta tarea.
Luego de la misa oficiada por monseñor Lozano, los fieles se dispusieron a participar de la procesión que se hizo desde la Catedral hasta La Merced.