Asombrosamente conmovidos, los espectadores pidieron varios bises antes de dejar ir del escenario a la Sinfónica Christophorus de Sttugart que impactó por el virtuosismo de sus 81 músicos, especialmente, cuando llegó el turno de la Sinfonía Nro. 5 de Beethoven. Fue el sábado pasado, en el marco de la sexta función de abono de Mozarteum Argentino filial San Juan, que la formación comandada por la notable batuta de Patrick Strub se presentó en el Auditorio, frente a unas 500 personas que se dieron cita en el complejo.

La velada arrancó con la obertura Oberón de Von Weber y siguió con el concierto para violín y orquesta de Brahms, donde la violinista Kathrin ten Hagen y la agrupación, dieron cátedra con una amalgama perfecta de técnica e interpretación, tanto así, que la joven solista tuvo que acceder a los bises.

Sin embargo, fue la elegante versión de la inmortal Sinfonía de Beethoven la que revolucionó a los sanjuaninos y obligó al conjunto a ejecutar, fuera de programa, una obra de Dvorak, otra de Wagner y la polka Trish Trash de Strauss como bonus extra.

Así es que, como señaló el presidente de la institución Carlos Fagale, este espectáculo "fue el segundo más exitoso de la temporada junto con el que ofreció la violinista surcoreana Jinjoo Cho en compañía de la Camerata San Juan".

Entre asado y despedidas

Ayer, la despedida de los artistas alemanes de la provincia fue con un gran asado en la Antigua Bodega, con degustación de vinos, una recorrida por las cavas del predio y una visita a la galería de arte. Según relató Fagale, la reunión se extendió hasta entrada la tarde y los músicos quedaron "fascinados con San Juan".