Como si los devotos de pronto entraran en un túnel del tiempo, el ritual se repitió otra vez, como lo hicieron los iglesianos de hace 10, 50, 100 o más de 200 años. En Achango, un pueblo de Iglesia en el que sólo viven dos familias y que aloja al templo más antiguo del departamento, se cerraron ayer las fiestas patronales en honor a la Virgen del Carmen. Y de la capilla de tapias y adobes construida en 1793, con la imagen se repitió la tradicional procesión desde allí hasta el camposanto, pasando por polvorientas calles, tal cual se lleva a cabo desde hace siglos.

La diferencia esta vez fue que por primera vez apostaron turísticamente a este evento religioso desde la municipalidad, por lo que el fin de semana pasado hubo un festival artístico, peña y destrezas criollas, en la previa de la procesión y misa.

Poco antes de las 17, el tercer repique de campanas anunció el inicio de la procesión. Más de 200 personas, de los distintos poblados de Iglesia y algunos turistas de Buenos Aires que se enteraron de la patronal, comenzaron la marcha, bajo un Sol tibio y con las montañas de fondo como fieles custodias.

La procesión avanzó hacia el Sur por una huella y luego se desvió hacia el cementerio, por calles más polvorientas aún y entre tapias derruidas. Frente al camposanto hubo un pedido a la Virgen del Carmen o Reina del Purgatorio, por las almas de los difuntos, antes de retomar el paso. Los gauchos a caballo respetuosa y silenciosamente cerraban la marcha, igual a lo que sucedió en procesiones de antaño.

La llegada de la Virgen a su morada centenaria fue con júbilo entre campanazos y bombas de estruendo, tras 40 minutos de procesión. Un grupo de mujeres y hombres entonces se apuró para sacar una mesa y algunos bancos del templo, para que el padre Daniel Biorchia celebrara la misa al aire libre y se renovara por un año más la fuerte devoción por la Virgen. Todo esto fue acompañado por una carpa que montó el municipio de Iglesia, para el turismo.

Dicen en Achango que la Virgen del Carmen es muy milagrosa y por eso ayer hubo varias promesas cumplidas, como las de un grupo de mujeres de Las Flores que rezó todas las noches de novena como una forma de agradecimiento.