Los fideicomisos de la minería metalífera le han permitido al Estado reunir cerca de 100 millones de pesos y encarar obras clave de infraestructura en los departamentos donde están enclavados los yacimientos. Hasta el momento, se terminó en Jáchal el microhospital de la localidad de Huaco, se está ejecutando la planta de tratamiento de residuos y el reacondicionamiento de agua potable del Bajo Huaco. Mientras que en Iglesia se está pavimentando de la ruta 430 que une Rodeo con Angualasto y próximamente se viene la instalación de la planta de procesamiento de residuos.
Los fideicomisos están formados por fondos especiales que aportan las empresas que tiene a su cargo los emprendimientos de Pascua-Lama, en Iglesia; Gualcamayo, en Jáchal; Casposo, en Calingasta, y Argenta, en Iglesia. Se trata de una ingeniería financiera inédita en el país y en Latinoamérica, que desarrolló la gestión giojista para obtener recursos frescos por fuera de las regalías mineras. Según el convenio firmado entre la provincia y las compañías, un comité administrador aprueba los proyectos y el dinero tiene que ser utilizado en obras de infraestructura vitales en los departamentos donde están asentados los yacimientos mineros y en las zonas de influencia.
El novedoso sistema se fundó a partir de un acuerdo con las empresas mineras, aunque para que no haya dudas cada fideicomiso de aprueba por ley. Las provincias que integran la Organización Federal de Estados Mineros (Ofemi) lo han tomado como modelo y lo quieren aplicar como una forma de ganar utilidad a partir de la actividad.
