Este intratable pez de largas espinas venenosas, que está acabando con especies menores, es un exquisito manjar que se prepara en países como EEUU, México, Puerto Rico, Venezuela, Bahamas, entre otros. Pero, el miedo a su letal veneno hace que muchos prefieran no invitarlo a su mesa.

Los investigadores creen que su consumo sería la solución para combatir esta especie de difícil pesca.

En diferentes países vienen incentivando su consumo en restaurantes y en los hogares e incluso las autoridades y las organizaciones que luchan por preservar el medio ambiente promueven los torneos de pesca con el fin de evitar que siga proliferando esta especie, que podría comprometer la vida marina.

Los más experimentados cocineros, teniendo la asesoría de ecologistas, lo preparan al horno, frito con salsa thai, en ricos filetes con opción de dos salsas, una de coco y un rico pico de gallo, que se pueden servir acompañados de un arroz de coco.

El pez tiene el veneno focalizado en las espinas, por ello hay que darle un adecuado manejo a la captura, la manipulación y el corte.

Para su preparación se debe cortar todas las aletas, espinas desde su base cuidadosamente ya que desprende veneno aún estando muerto, luego el procedimiento es el mismo como para otros pescados.

“El consumo del pez león no es tóxico, ya que el veneno se encuentra en las espinas que, una vez retiradas y además transcurrido un tiempo de una hora después de capturado, no existe ningún peligro”, coinciden.