En la UCCuyo. Agustín Ibáñez vino a San Juan para trabajar y avanzar en acciones con el equipo sanjuanino, que entre otros tiene a Martín Bruno, Diana Bruno y Luciana Vita (en la foto).

 

¿Se puede prevenir la demencia mejorando los determinantes sociales, económicos o educativos de una persona? ¿Es posible hacerlo más efectivo si se pueden identificar personas con vulnerabilidad genéticas? Hay un grupo de destacados científicos que se preguntaron eso y desarrollaron un proyecto que fomenta nada menos que un consorcio continental cuyo objetivo es ampliar las investigaciones sobre la demencia en América Latina y el Caribe. Y entre esos investigadores hay una élite de científicos sanjuaninos liderada por Agustín Ibáñez y Martín Bruno, que trabaja en red con pares de otras partes del mundo y desde la provincia aportan sus desarrollos a un trabajo sin precedentes.

"Latinoamérica y Argentina tienen prevalencia muy alta de distintas demencias y de hecho siguen creciendo. Esto se debe en gran medida a la interacción de factores ambientales, como las desigualdades, la pobreza, la salud, el nivel educativo. Por otro lado, las bases genéticas latinoamericanas y argentinas no son muy conocidas, dado que hay una mezcla de razas con variantes genéticas que no son las típicamente estudiadas en el mundo. Entonces, este proyecto busca combinar todo esos factores y estudiarlos", explicó Agustín Ibánez, el destacado neurocientífico nacido en Desamparados y reconocido a nivel mundial.

"Para esto se necesitan muchos participantes y por eso se creó el consorcio Red-Lat, con centros de investigación en Argentina, Chile, Colombia, Perú, Brasil, México o Estados Unidos. San Juan es uno de los dos centros argentinos, pues el otro está en Buenos Aires, y acá Martín Bruno y su equipo encontraron y trabajan con familias numerosas, con mutaciones genéticas que causan la enfermedad de la demencia y que tienen condiciones de vulnerabilidad muy altas. Estas familias no tenían consultoría genética así que es una buena oportunidad para generar cambios", apuntó Ibáñez.

Bruno, investigador del Conicet y repatriado de Canadá por la UCCuyo, indicó que con su equipo local tienen un importante avance con los pacientes. "Son aproximadamente 100 personas a quienes ya le realizamos estudios, pero a lo largo del proyecto estimamos que serán en total entre 300 y 350. Estaremos un tiempo largo desarrollando la investigación, que mientras tanto tendrá beneficios para estos pacientes que cursan enfermedades neurodegenerativas con algún componente en demencia", apuntó Bruno.

Precisamente, ¿qué avances puede traer una investigación de estas características? "Gran parte de las demencias se pueden prevenir si se mejoran las condiciones sociales, de educación, de sueño o alimentación, pero además si se pueden identificar aquellas personas con alguna vulnerabilidad genética entonces se pueden hacer más eficientes esas intervenciones. También es importante para las políticas públicas. El sistema de salud es muy frágil y no tiene la especialización para detección temprana de estos pacientes; si se interviene a tiempo se puede extender y mejorar bastante su calidad de vida", explicó Ibáñez.

 

  • Ibañez, el dueño de una mente brillante

Agustín Ibáñez nació en Desamparados, en el barrio Universitario, pero su curriculum dice que ya vivió en distintas partes del mundo. Se trata de una mente privilegiada, cotizada en su campo de investigación, la neurociencia. Ibañez es actualmente director del Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de San Andrés y dirige también el Latin American Brain Health Institute (BrainLat) de la Universidad Adolfo Ibáñez en Chile. Reside en el país vecino, pero el mes próximo se mudará a Irlanda, para hacerse cargo allí del Instituto Latinoamericano.

Antes llegó a San Juan para trabajar con sus colegas de la UCCuyo (y también con una ingeniera de la UNSJ) y en la previa de su nuevo viaje está disfrutando de su casa en Zonda, a los pies de las Sierras Azules.

Ibáñez tiene una destacada trayectoria en el campo de la salud cerebral y la demencia en contextos de desigualdad y en la aplicación de las neurociencias cognitivas en ámbitos relevantes para la sociedad. Su producción se destaca dentro del 2% de los autores con mayor impacto a nivel mundial considerando todas las disciplinas, de acuerdo a la publicación efectuada por la Universidad de Stanford del año 2020. Y en Argentina es uno de los psicólogos mas productivos y citados. Ha producido más de 300 publicaciones internacionales y sus aportes han sido reconocidos a nivel mundial.