Este verano, en uno de los paradores de Cuesta del Viento, los windsurfistas que son padres tienen la opción de dejar a sus hijos en una colonia que, según sus creadoras, tiene un marcado tinte ecológico porque buscan que los niños se conecten con la naturaleza mientras juegan.
En Puerto de Palos, en un reparo que da el parador y a pocos metros de la playa y el agua del dique, hay una carpa junto a dos lamarales. Sobre la tierra aparece un círculo con piedras pintadas, como mandalas, hay una mesa para las tareas plásticas y cintas de colores y atrapa sueños colgados de un lamaral. Todos fueron hechos y pintados por los chicos, en sus tareas y mientras sus papás trataban de domar los vientos con sus tablas y velas.
La colonia fue creada por Cecilia López Del Rosso y Agustina Almazán, que encararon el proyecto al ver que los niños tenían poco que hacer mientras los adultos disfrutaban.
“La mayoría de los chicos son de Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, que están acostumbrados a vivir en departamentos. Acá estamos en contacto directo con la naturaleza. Salimos de excursión a buscar raíces, hacemos talleres de creatividad, de danza, tenemos clases de percusión, hacemos figuras de barro y cada tarde se cierra con una pequeña clase de yoga”, contó Cecilia.
El número de chicos con los que trabajan depende del día, a la vez que el rango va de 3 a 11 años. Y fueron los pequeños los que bautizaron la colonia como “Shave de luz”. “Una niña lo escribió así y como trabajamos con un premisa de evitar el no, con el que constantemente suelen conviven los chicos, es que lo dejamos así”, apuntó Agustina, mientras se preparaba para hacer un collage que luego iban a pegar en la pared, como recuerdo de verano.

