Juanita Castro no dudó en pedir un remís, cargar su andador, porque las piernas ya no le resisten, y llegar bien temprano a la iglesia. Un ritual que la mujer repite desde hace 60 años y cada vez con más fe. Ella fue una de las tantas personas devotas de Santa Bárbara que asistieron a las fiestas patronales en Pocito. Luego de la ceremonia religiosa, que incluyó una procesión y misa celebrada por monseñor Alfonso Delgado, siguió la fiesta en el Polideportivo Municipal con la actuación de Alejandro Lerner.

La procesión fue ágil. La gente no paró de caminar ni rezar un instante. Hubo unas 10 mil personas, según cálculos de la Policía, que mostraron una vez más la devoción a esta Santa. Eran tantos los fieles que tuvieron que caminar hasta por la vereda. Recorrieron las calles aledañas de la plaza y regresaron al punto de partida. Este año, el altar se montó en la puerta de la parroquia.

”Hace 60 años que vengo a esta fiesta. Y cada vez con más ganas. En mayo me dio un infarto en las piernas y casi no puedo caminar. Pero aún así vengo. Soy devota y practicante”, contó Juanita mientras se acomodó en las sillas que colocaron adelante del altar. A los pocos minutos llegó al lugar el gobernador José Luis Gioja y el vicegobernador, Sergio Uñac. También los acompañó el intendente de Pocito, Fabio Aballay. Es una tradición para Gioja celebrar su cumpleaños, cada 4 de diciembre, en la festividad de Santa Bárbara en Mogna. Pero como este año no pudo ir, optó por rendir homenaje en Pocito.

La procesión pocitana crece cada año. Y es una constante ver muchos niños acompañando a sus papás y mamás con changuitos a cuestas. Es una fiesta que convoca a todo el departamento, aunque hay fieles que llegan desde otros puntos de la provincia. Fue el caso de los calingastinos Zamora, que llegaron a la festividad con reposeras y con conservadoras. La familia no sólo fue a participar de la ceremonia religiosa, que es ya una tradición. Sino que además, luego de la misa, fue hasta el Polideportivo de Pocito, que queda a un par de cuadras de la iglesia para disfrutar de los espectáculos musicales. Este fue otro punto para destacar. En el predio todo estuvo tan bien organizado que la gente pudo caminar entre los stands, sentarse en el patio de comidas, montar un picnic hasta con reposeras y sentarse en las sillas para disfrutar de la buena música, de manera gratuita. El sábado por la noche deleitó al público la banda cuartetera Sabroso. Mientras que anoche, al cierre de esta edición, estaba en el escenario principal, Alejandro Lerner. Un espectáculo que fue aplaudido por una multitud.