Los hostels comenzaron a tener vida a principios del siglo pasado, cuando el alemán Richard Schirrmann, un maestro de escuela de un pueblo minero -preocupado por la salud de sus alumnos-, comenzó a planificar viajes grupales al campo. El alojamiento se improvisaba en escuelas rurales que quedaban vacías los fines de semana. Cuentan que los viajes de Schirrmann ganaron tanta fama que en 1909 el maestro se vio tentado con abrir el primer hostel en un castillo reconstruido en Altena, Alemania, que sigue funcionando como tal. Diez años más tarde, el pionero fundó la Asociación Alemana de Albergues para Jóvenes. El movimiento alberguista se expandió con rapidez, primero en Europa, y más tarde, entre los años 30 y 50, en el resto del mundo. En 1932 se fundó en Amsterdam la Federación Internacional de Albergues para Jóvenes (IYHF), que estableció sus oficinas en Londres. Hoy todos los hostels de las organizaciones que componen IYHF trabajan bajo la marca Hostelling International y cumplen con un sistema de normas mínimas garantizadas que son bienvenida, limpieza, seguridad, privacidad y comodidad.
Hostelling, principal referente del mundo hostel, no es una cadena, sino una organización global que hoy tiene más de 4.200 hostels en 80 países en Europa, América, Asia, Africa y Oceanía, regidos por normas de calidad. En la Argentina ofrece 70 establecimientos.
