El lugar de los geoglifos tiene algo que no se puede explicar. Si bien se ve una ruta transitada no tan lejos, una vez que el dron deja de volar el silencio es impactante. Y sea lo que sea, el hecho de imaginar que allí hubo otros seres humanos limpiando el terreno y eligiendo piedras para colocar una al lado de otra, en prolijas rectas, le da al sitio un aura diferente.

Desde la huella hasta la que pueden llegar los vehículos, la zona de los geoglifos está a unos 20 minutos a pie, a través de algunos barrancos, piedras sueltas y alguna que otra dolorosa espina. No hay agua en los alrededores, tampoco sombras, sólo piedras negruzcas, arbustos y sol, mucho sol.

El arte a cielo abierto se ve mejor desde un dron, aunque la vista es parcial desde un filo lateral, por el que hay que descender para llegar a los geoglifos. ¿Cómo pudieron entonces ser tan precisos al trazar las líneas con piedras sin referencias áreas? "El lugar no parece ser el mejor para un asentamiento, por eso quizás llegaban hasta acá por alguna razón. Este sitio es una muestra de que en San Juan aún hay mucho por descubrir o redescubrir", dijo César Carmona, documentalista y uno de los promotores de la expedición. Carmona, junto a Juan García y Cristina Alcocer de Huellas del Hombre, Jorge y Juan Cruz Femenía, Domingo Castro (a quienes se les atribuye el hallazgo), una veintena de gendarmes y un equipo de DIARIO DE CUYO fueron quienes llegaron al lugar.

 

En camino. Una treintena de personas, entre expedicionarios, documentalistas y efectivos de Gendarmería llegaron al lugar superando los obstáculos que presenta el terreno.

 

Dentro de la zona de los geoglifos apenas hay uno que otro arbusto. Como si la naturaleza viva no hubiese querido invadir el lugar. Las piedras negras se extienden a lo largo, formando cuadrados o rectas. Cerca hay una huella de mountain bike, pero están bajo una pared natural que quizás no los hicieron tan visibles para algún especialista.

Una vez que Gendarmería comunique a la Justicia Federal y a la Dirección de Patrimonio se espera que pueda realizarse un estudio que revele más información sobre el lugar y fundamentalmente que si se acredita la antigüedad, pueda ser protegido. Por eso, de momento no quieren revelar el lugar exacto, hasta tanto los especialistas hagan los trabajos y decidan qué es lo mejor para el sitio.

 

Extensión

150 Metros aproximadamente tienen los geoglifos. Están como encadenados, a lo largo de una planicie que discurre junto a un barranco, protegidos por un filo desde donde hay que descender al sitio.

 

El arte a cielo abierto en la provincia

Desde el aire. Esta es otra imagen de los geoglifos de Punta Negra, que fue tomado desde el dron de Juan Cruz Femenía. Se advierten las figuras geométricas a lo largo de varios metros de extensión.

Los geoglifos de Punta Negra no son los únicos en la provincia. Hay trabajos de Mariano Gambier con algunos en Cuesta del Viento, pertenecientes a la Cultura Angualasto (1200-1461 DC), mientras que en Iglesia también hay formaciones en Llanos de Palito, Bordos Negros de Colangüil y Las Flores. Aseguran que existen también en La Laja.

Entre las teorías que han intentando explicar estos distintos geoglifos está la creencia de que puede tratarse de señaléctica en rutas que usaban los aborígenes o que pueden significar algún tipo de jerarquía. No se descarta tampoco una preparación del lugar para alguna acción o que se tratara de mensajes vinculados al intercambio de bienes entre diferentes culturas, especialmente de las que venían del Norte de Chile o del Noroeste argentino.