No fue un día más para Gastón Tello. El actual entrenador de Sportivo Rivadavia vivió una jornada inolvidable. Se le juntó todo. Su primer título como técnico, su primer mes sin su mamá, su primer gran paso como entrenador y de la mano de un club que ya lo vio festejar ascensos como este Rivadavia. Por eso, su emoción tiene justificación pero dentro de la cartelera de sensaciones que se le cruzaron al profe Tello -aquel mismo que se hizo jugador en la cantera de San Martín-, paró la pelota y analizó los porqué de la victoria rojiblanca: “Esto es diferente. Y había jugado finales por el ascenso con Rivadavia y lo bueno era que como jugador uno entraba y toda esa ansiedad se la podía sacar en la cancha, jugando. Pero esto es mucho más intenso. Estar al frente de un grupo, verlo cómo se moldea, cómo va creciendo y tener este premio es algo difícil de explicar. Si vamos al partido, creo que fue muy parejo. Yo había dicho que lo mejor de los dos finalistas eran las defensas y no me equivoqué. Rivadavia tuvo la gran virtud de intentar jugar siempre, aún con errores. Eso, se los recalqué mucho a los jugadores. Podíamos perder o ganar pero sin renunciar nunca a la forma que sentimos el fútbol. Esa es la gratificación más grande. Ahora se viene lo más duro en la segunda parte de la temporada que es demostrar que este título, este derecho que ganamos para pelear el ascenso, no nos queda grande”.