Los nombres de los finalistas comenzaron a sonar en orden, según el lugar en el que habían quedado, desde el 11mo. puesto hacia adelante. Cada vez que nombraban a alguien, Leandro Illanes, bailarín de Danza Arabe Tradicional, se sentía más cerca del podio, pero no terminaba de tener fe en que sería el ganador. Menos cuando la locutora dijo "el quinto lugar es para un talento de Rivadavia y el rubro es Danza Arabe". En ese momento Leandro miró a sus amigos pensando "hasta acá llegué". Pero no era así, ese lugar sería ocupado por la pequeña Lucía Flores, que compartía departamento y rubro con él. Los nombres siguieron sucediéndose. Hasta que, por fin, se supo que la Academia Suyai se había quedado con el segundo lugar. Inmediatamente Leandro lo supo: había obtenido el primer puesto en el certamen Buscando el Talento Sanjuanino, que se realizó en el cierre de la Fiesta de las 2 Puntas, de Rivadavia, la madrugada de ayer.
Cuando las luces en el escenario mayor ya no brillaban y sólo quedaba el eco de los tambores de Rubén Rada (ver aparte), todo parecía terminar. Pero la carpa de comidas estaba encendida. Los espectáculos pasaban uno tras otro con los nervios de los finalistas y la hinchada de sus familiares.
En el sexto lugar entre los 11 finalistas apareció Leandro Illanes. El alto, moreno y simpático bailarín de Danza Arabe Tradicional había mostrado su espectáculo frente al público el sábado. Todos habían quedado fascinados cuando, con sobrada habilidad, revoleaba un bastón y un sable que no sólo pasaban muy cerca de su cuerpo, sino del público de la primera fila.
Leandro, que baila desde hace 5 años, sabía que el domingo sería su última oportunidad para impactar al jurado. Vestido de blanco, con una capa y un turbante, subió al escenario y acomodó su sable y su bastón. Bajó, aspiró profundo y al escuchar la música comenzó a desplegar su simpatía. Los nervios no hicieron que su precisión a la hora de moverse se esfumara, al contrario, todo estaba calculado. Y al término de la coreografía recibió una fuerte ovación.
"Estaba muy nervioso porque me sentía frustrado", confesó el bailarín. Es que se había presentado dos veces al casting del programa televisivo Talento Argentino y había sido rechazado. Por eso, cuando se dio cuenta de que había sido elegido el Talento Sanjuanino, su cara cambió por completo.
"No lo puedo creer", decía llorando y sonriendo a la vez, mientras abrazaba a su novia. Después, todos los participantes se acercaron a saludarlo y le pidieron que volviera a bailar. Cansado por el esfuerzo que había hecho en su presentación, pero feliz por el resultado, Leandro respondió al pedido. Aunque aclaró que "voy a intentarlo". Con una sonrisa más grande que la anterior, regresó al escenario y comenzó a bailar. La emoción le había quitado fuerza, por lo que antes de que terminara la coreografía dijo "no puedo más" y saludó al público. Pero fue sorprendido por Lucía, la nena que también baila árabe. Ella pegó un salto y lo abrazó. Emocionado, Leandro empezó a bailar con ella y logró terminar la danza.
Después de saludar al jurado y de recibir el premio (una moto 0km y un viaje para dos personas a Necochea), el bailarín comentó que "estoy muy contento. Ahora tengo fuerzas para continuar con mi objetivo de transmitir la cultura árabe de mi familia".

