Con el lema “Jugate por la vida", distintas ciudades del país marcharon para decir "Sí a la vida, no al aborto", y San Juan no fue la excepción.

 

 

Decenas de personas de todas las edades se reunieron en la Plaza 25 de Mayo y con carteles, globos y cánticos expresaron su repudio a que se despenalice el aborto, pedido que encaran desde la vereda contraria y que cada vez toma más fuerza (mañana habrá una marcha que promete ser masiva en todo el país).

 

"Se trata sobre todo de manifestar públicamente que la vida es un derecho que debe ser respetado desde el primer instante de la concepción", escribieron en Facebook los organizadores de la manifestación en la provincia, Eduardo Peralta y Agostina Montañez.

 

 

 

 

Después de aclarar que se trató de "una manifestación totalmente pacífica, apartidaria, areligiosa y apolítica", Peralta se metió en la polémica por el aborto y ante la pregunta de si es un tema que merece ser debatido manifestó que "jamás se puede debatir el asesinato de un ser inocente". Además, el joven cargó contra quienes luchan por la legalización al expresar que "están negando el derecho de una persona de poder nacer y vivir".

 

 

Antes de emprender una caminata por el interior de la Plaza 25, una de las manifestantes leyó un petitorio que será presentado mañana en la Legislatura, en el cual plasman su total repudio a una posible legalización de la práctica.

 

La Marcha por la Vida coincide con la celebración del Día de los Derechos del Niño en la Argentina, ya que en esa fecha, en 1990, el país ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño mediante la sanción de la ley 23.849. 

 

 

El petitorio completo

 

 

Señores legisladores y demás autoridades nacionales, provinciales y locales:

Quienes hemos participado de esta Primera Marcha Argentina por la Vida formamos parte de una inmensa mayoría de argentinos que estamos a favor de la vida y para manifestarlo públicamente nos hemos congregado y marchado en esta jornada.

Declaramos, desde el inicio de esta petición, que nos oponemos enérgicamente al aborto voluntario y a cualquier clase de ley que lo declare impune o, peor aún, que lo legalice y lo reconozca como un derecho; y a cualquier resolución, sentencia o medida semejante en ese sentido.

Y, como ciudadanos argentinos, solicitamos expresamente a los señores legisladores que no se dicte o sancione ley alguna tendiente a permitir, bajo cualquier forma, la interrupción voluntaria del embarazo, respetando así el orden natural y el ordenamiento jurídico vigente que protege la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

Fundamentamos primeramente este petitorio en las normas de la legislación positiva en vigor que pedimos que se respete, entre las que enumeramos:

  1. la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;

 

  1. la Convención de los Derechos del Niño que obliga protegerlos “tanto antes como después del nacimiento” (Preámbulo), y garantiza su vida, su salud, su identidad, el derecho de conocer y de ser cuidado por su padres, “en la máxima medida posible” (al ratificar la Convención mediante la ley 23.849, nuestro país aclaró que entiende por niño a todo ser humano desde la concepción);

 

  1. la Constitución Nacional que extiende la protección del niño desde el embarazo hasta la finalización del período de enseñanza elemental; y de la madre durante el embarazo y el tiempo de lactancia (art. 75 inc. 23, 2ª parte); y

 

  1. el Código Civil Argentino, que considera a los embriones como «personas por nacer», desde que «están concebidas en el seno materno», y que les reconoce capacidad de adquirir derechos desde antes de su nacimiento, sin importar si tienen posibilidad de sobrevivir luego del nacimiento o si mueren después de nacer (art. 63 y 70).

Así mismo solicitamos que no se apliquen los protocolos de aborto, derivados del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del 13 de marzo de 2012 en los autos “F., A. L. s/ medida autosatisfactiva” dictado en evidente abuso y exceso de su jurisdicción y en violación de las autonomías provinciales y de los otros poderes del Estado; y pedimos que desde el mismo Poder Legislativo de la Nación se declare a dicho dictamen, que no merece el nombre de sentencia, de total invalidez como norma general y, por consecuencia, ineficaz para disponer medidas a adoptar por otros poderes u organismos del Estado.

En consecuencia con ello, pedimos a los señores legisladores que declaren la nulidad o inaplicabilidad práctica de los protocolos de aborto sancionados en algunas provincias o distritos del país, en expresa violación a las normas del Código Penal, a las autonomías locales y al resto de la legislación positiva vigente, parte de la cual fue enumerada en los párrafos anteriores.

Pero, fundamentalmente, sostenemos nuestra petición en el orden natural, receptado íntegramente por nuestra legislación positiva y por las normas del derecho internacional, que manda respetar la vida del inocente; y en el hecho científicamente incontestable de que el niño por nacer es una persona humana.

Señores legisladores:

La República Argentina es provida y así lo demuestra la abundante  lista de ciudades que han sido declaradas tales a lo largo y ancho del país. Hay un pueblo en la Argentina que dice no al aborto, y ese pueblo quiere ser escuchado y atendido.

No queremos otro caso “Keila” como el de la joven de 17 años de Esquel. El aborto, sea legal o no, es causa de muerte y, en ese caso lo fue del niño por nacer y de su madre.

Nos preocupa la existencia de funcionarios explícitamente declarados abortista en distintos estamentos y el hecho de que varias provincias apelen a protocolos inválidos para realizar abortos que no son legales; nos preocupa que en una Universidad Nacional, financiada por el aporte de todos los ciudadanos, se haya inaugurado una cátedra para enseñar a hacer abortos; y que otras Universidades con facultades de medicina, propongan avanzar con cátedras similares a la de Rosario.

Reiteramos: Aunque lo llamen legal el aborto mata.

Y por último, nos preocupa que ante la desesperación de una mujer embarazada la solución sea la muerte cuando el Estado tiene la obligación de darle apoyo y contención; y el deber de procurar los medios para cumplir su cometido.

 Nos permitimos recordarles, señores legisladores, que existe en la Excma. Cámara de Diputados de la Nación el expediente n° 2452/2016, con un proyecto de ley, promovido por la Red Federal de Familias sobre la “Protección integral de la mujer embarazada y de los derechos de los niños por nacer”, donde no sólo se impugna la práctica del aborto sino que se proponen medidas positivas para asistir a las madres en crisis, a sus familias, a su entorno y a sus hijos.

Pedimos que ese proyecto, y cuantos haya en el mismo sentido, sea considerado por los señores legisladores; y no que sólo se anuncien y contemplen los numerosos proyectos de despenalización y/o legalización del aborto propuestos.

La Argentina, país despoblado en una inmensa extensión de su territorio, necesita el concurso de hombres y mujeres nacidos en nuestra tierra, que la ocupen, trabajen y hagan fructificar. Una elemental consideración del bien común exige por parte de los legisladores y gobernantes en general, una política de promoción poblacional, esto es, de promoción y protección de los nacimientos y de la familia.

Hay un pueblo en la Argentina que dice no al aborto.

En esta Marcha, que hoy mismo se ha replicado en diversos puntos del país, queremos representar a ese pueblo que, entendemos, corresponde a la mayoría del pueblo de nuestra Patria, que silenciosamente tal vez, porque no ha sido movilizado, repudia la práctica del aborto y la considera como el asesinato de los más inocentes e indefensos miembros de nuestra sociedad nacional.

Como colofón final de este petitorio, señores Legisladores, nos permitimos repetir:

El aborto mata. Aunque lo llamen y, aunque sea formalmente legal, el aborto mata. Y cada aborto mata a un inocente y al más indefenso de los inocentes, al niño por nacer, confiado a la custodia de su madre.

Evitemos ser cómplices de ese crimen, evitemos a nuestra Nación el hacerse partícipe de esa criminal cofradía de los asesinos de los hijos más pequeños de nuestra Patria y sirvámosla a ella, como corresponde, promoviendo leyes y políticas de protección de la familia y de los niños que serán su futuro y la garantía de nuestro porvenir y el de nuestra descendencia.

Buenos Aires, 27 de septiembre de 2017.