Habían pasado unos 15 minutos de las 0 horas del domingo y el tan esperado show comenzó. Las luces del escenario se apagaron y empezó a escucharse una locución. Era el relato de los comienzos de la historia de la Humanidad que cuenta la Biblia, con la diferencia de que estaba ambientado y era actuado en vivo y directo. Estaba ilustrado con imágenes proyectadas en la pared de lo que alguna vez había sido un horno de piedra caliza y que, en ese momento, se había transformado en el espectacular escenario al pie del cerro Pie de Palo y por el que luego pasaron más de 200 artistas locales. Fue desde ese momento que los aplausos no pararon de sonar. Así, con un imponente espectáculo de luces y sonido y la estratégica ubicación del decorado en la quebrada Nacif Weiss, rodeado por cerros, un anfiteatro natural y un cielo bien estrellado, se realizó la 10ma. edición consecutiva del Belén Viviente de San Martín en el Complejo Ceferino Namuncurá.
Pasadas las 22, el complejo ya estaba repleto. Y, mientras las guitarras y las voces sonaban desde el escenario, los encargados de los ranchos típicos se mareaban con los pedidos de los visitantes. De todos modos, la gente fue preparada. Se bajaba de sus movilidades con reposeras y conservadoras y se apuraba para conseguir pronto una ubicación que les permitiera observar bien el evento. Pero la tan perseguida comodidad de los que llegaron temprano, pronto se vio interrumpida por la multitud que llegó y que empezó a invadir cada espacio libre que quedaba. Tanto así que ni las laderas de los cerros se salvaron y algunos se animaron a treparlos para conseguir una mejor vista.
El show del pesebre en vivo llegó luego de la animación de algunos artistas. Un Adán y una Eva comenzaron a actuar, luego los profetas, los reyes, el pueblo, y decenas de actores entre ellos caballos y burros. Fue más de hora y media en la que se mezclaron el relato y la actuación, la música, los efectos de luces y sonidos, y hasta escenas con odaliscas bailando y otras un tanto arriesgadas, como las de María y José bajando por la ladera del empinado cerro en burro o como la del ángel Gabriel que subió y bajó por el cerro colgado de un cablecarril.
Para la escenografía se aprovechó el escenario natural, aunque también hubo chozas de barro y un corral que hizo de pesebre. La vestimenta de era una mezcla de lo que cada uno había conseguido en sus casas e iba desde túnicas de primera comunión hasta bolsas de arpillera y sábanas. Y todo el conjunto fue halagado con gritos y aplausos. Un show de variados fuegos de artificio que duró más de cinco minutos coronó, poco antes de las 2 de la madrugada de ayer, la edición 2009 de uno de los Belén Viviente más populares de la provincia.

