En el último año, en la provincia de San Juan el negocio de los explosivos movió alrededor de 94,5 millones de pesos promedio, al ocuparse aproximadamente unas 5.100 toneladas (5.100.000 kilos) de productos de voladura para la minería metalífera y no metalífera, según datos proporcionados por Jaime Bergé, vicepresidente de la Cámara Minera de la provincia.

La industria de la cal movió 600 mil kilos, en tanto que la minería extractiva de metales insumió la mayor parte, con un total aproximado a los 4,5 millones de kilos.

“Estamos dentro de las provincias de mayor consumo en el país, casi igualando a la demanda de las tradicionales canteras de piedras de las localidades bonaerenses de Tandil, Olavarría y Balcarce”, dijo Bergé.

Hay diferentes clases de productos para voladuras y sus precios oscilan en un abanico que va de los 5 pesos el kilo, a los 20 pesos, más IVA. En la Cámara Minera calcularon el promedio del último año multiplicando las toneladas consumidas por un valor promedio de 12 pesos.

Pero a eso hay que sumarle el costo de los detonadores, que significaron otros 30.600.000 pesos y el gasto del transporte de los explosivos desde las fábricas que hay en el resto del país, hasta San Juan. El flete de este tipo de productos es más caro que un flete medio de cualquier industria, cotizando en la actualidad a un promedio de 500 pesos la tonelada, lo que significó a las mineras en el último año un gasto de 2.550.000 pesos extra. El transporte de explosivos es más caro porque se deben utilizar camiones especiales, con normas de seguridad superiores a otras cargas y con el cuidado que requiere la movilización de cualquier sustancia peligrosa.

En la Cámara Minera estiman que el consumo de explosivos en San Juan se va a triplicar en tres años, debido al incremento de la actividad extractiva de metales, lo que explica el interés de las fábricas en venir a instalarse en la provincia.