La población china ronda actualmente los 1.500 millones de habitantes y está destinada a liderar la economía del planeta junto a la India en el año 2050. En este proceso se está produciendo la mayor emigración del campo a la ciudad del planeta, dado que más de 300 millones de chinos hacia el 2015 se transformarán en pobladores urbanos, cambiando no sólo su hábitat rural por el citadino, sino también sus hábitos de consumo pasando del cereal a la carne y alimentos elaborados según mejoren sus niveles de ingreso.

También Hong Kong, Corea y Japón, conforman parte de este interesante fenómeno y en este contexto también está surgiendo una insipiente clase media china, en la que se enfocan ahora los especialistas en marketing para dejar de vender simples alimentos y comenzar a colocar el valor agregado encerrado naturalmente en ellos.

Para nosotros el aceite de oliva es un simple alimento. Sin embargo para otros consumidores como los asiáticos quien vende óleo ofrece otros conceptos: cosméticos, medicina, ingredientes nutricionales, mejorador de cabellos, en síntesis, sus bondades nutracéuticas.

Su alto contenido de alto nivel de ácidos grasos monoinsaturados, vitaminas liposolubles y antioxidantes seduce a empresas del comercio internacional, farmacéutica y distribuidores chinos. Apuestan a la prevención de enfermedades cardiovasculares, su aporte a la mejora la digestión, retrasa o inhibe la aparición de tumores y es un “antiedad” para la piel. Grupos como el Zhen-Ao desarrollan acuerdos comerciales a este fin.

Las mujeres

Tanto en China como Hong Kong -región administrativa especial de China-, Corea y Japón según un estudio de mercado realizado por la Oficina Económica y Comercial de España en Hong Kong para los elaboradores de óleo, están surgiendo las mujeres chinas de clase media y elevada preocupación por la salud.

Estos clientes componen un nuevo y específico grupo social asiático, apodadas +Chicas de Oro+ por los expertos en marketing nipones y coreanos. Se trata de mujeres que permanecen solteras hasta los 30 años de edad por lo menos, viviendo con sus padres en muchos casos y que trabajan de oficinistas.

Según el estudio, gastan más de lo que ganan ya que no tienen pesadas cargas financieras como alquileres, familia, planes de pensiones y al menos tres tarjetas de créditos.

Además son las que más gastan del mercado, menos sensible al precio y más sensibles a las modas.

Los turistas juegan un papel muy importante en la demanda de aceite de oliva donde el grupo objetivo son los turistas para los restaurantes occidentales, e indirectamente, los turistas occidentales.