Los deportistas sanjuaninos que participaron en alguna edición de un Juego Olímpico son, en total, 19. Y entre ellos se tienen que incluir a los 7 integrantes de la selección argentina de hockey sobre patines que participó -y ganó la medalla de oro- en Barcelona “92, aunque tuvo solamente el reconocimiento de deporte de exhibición. De los otros 12, la mitad fueron voleibolistas. Y todos tienen otro dato en común, el club. Obras Sanitarias.

Allí se realizó esta entrevista, por iniciativa de Federico Pereyra. Y contaron que estaba planeado en el club de la calle 25 de Mayo comer un asado, un ritual que cumplen casi siempre que los dos jugadores de la selección vienen a San Juan.

Los dos voleibolistas se conocieron en el club cuando Federico, con 11 años, aceptó la insistencia de Alejandro Barrionuevo que fuera al club, luego de haber comenzado en UVT y haber pasado por Ausonia. Fue el comienzo de un largo camino que los llevó a recorrer juntos distintos procesos. Compartieron -también con Gastón Tissera- la selección Menor que terminó cuarta en el Mundial de Argelia en 2005. Y ahora, en la mayor, pasan mucho tiempo juntos, por lo que la relación se mantiene.

La explicación que encuentran a que Obras sea una “cantera olímpica” es que en el club aprenden a saber sacrificarse para superar obstáculos y alcanzar metas. “Me acuerdo de entrenamientos con gorro de lana y guantes por el frío, pero siempre se hacían”, recordó Federico.

Rodrigo siente lo mismo. “Nunca tuvimos un Pepe Villa o un Marcelo Tinelli, que está muy bien que existan para apoyar a este deporte, que apueste así al club. Siempre con esta humildad se transmitió esta idea de salir adelante”.

Pero Rodrigo también le dedicó un párrafo a su padre, Nito. “Siento que no tiene el reconocimiento que se merece. De todos los que llegamos a los Juegos, él tuvo influencia ya sea en la formación o en pulir aunque sea detalles”.

Y es el tío de Rodrigo, Raúl Quiroga, el único sanjuanino que se colgó una medalla olímpica. Fue la de bronce en Seúl 1988 en la mejor actuación de las seis participaciones que tuvo la selección argentina de vóleibol en una cita olímpica. Raúl definió hace poco que en su primera edición, en Los Angeles 1984, la selección fue a participar a los Juegos, y en Seúl 1988 fue con el propósito de competir.

Su sobrino siente que hoy la palabra “participar” ya no alcanza. “Trabajamos y competimos las 24 horas. Hoy en el alto rendimiento uno no va solamente a participar. Seguramente este Juego será diferente a comparación del de 2016 en Río. Será el primero y totalmente diferente al segundo. Pero me choca la palabra “participar” porque uno se mata todo el tiempo para alcanzar siempre lo mejor. En los Juegos hay una parte mítica de fraternidad, pero todos vamos a ganar. Y si no ganás, no te quedás de vacaciones. A las 48 horas tenés que dejar la Villa Olímpica. No traer medalla no es fracaso, pero no vamos solamente a participar”.