“A similar vueltas y multiplicación en un motor convencional, el mío tendrá más rendimiento. Es decir, irá más rápido y consumirá menos combustible. Básicamente, mi motor se comportará como si fuese uno de mayor cilindrada”, resumió Roberto Senatore. El hombre es un mecánico de 66 años, autodidacta y acaba de recibir la patente de un invento que, dijo, hará más eficientes los motores. Se trata de una tapa de cilindro con un complejo sistema que evita el uso de las válvulas, elementos tan imprescindibles en un motor que su ausencia es justamente lo que le da notoriedad a la creación del sanjuanino, de allí su flamante registro en la Administración Nacional de Patentes.
Las válvulas trabajan en conjunto con los pistones y tienen la función de cerrar y abrir los conductos de admisión y de escape: entra la mezcla aire-combustible y salen los gases, provocando el movimiento. Es, comparativamente, como el bombeo de sangre en el corazón humano.
“En un motor a 5.800 vueltas las válvulas abren y cierran en 12 milésimas de segundo. Es un movimiento tan veloz que la mezcla que entra no alcanza para desarrollar la máxima performance, es decir, no puede entrar más mezcla porque físicamente es imposible en ese lapso de tiempo. Con mi desarrollo, eso ya no será más un problema porque simplemente no existen las válvulas”, señaló Senatore. Su sistema incluye un circuito a través de perforaciones en un block de aluminio y un eje con ranuras, que permite el ingreso de mezcla a la cámara de los pistones y la salida de gases prescindiendo de las válvulas tradicionales. Senatore explicó que “al no tener nada que obstaculice los conductos, se mejora la mezcla y el motor consigue más torque (fuerza). Para graficarlo, el motor se comporta como si fuera uno de mayor cilindrada, pero con el consumo normal de combustible, que se entiende como ahorro”, dijo.
Ahora, con todos los derechos en mano, Senatore armará el motor en un auto común para hacer pruebas homologadas.
Su inventiva empezó a gestarse en los tiempos en que preparaba motores de autos para “picadas”, es decir, carreras en las que se necesita mucha velocidad para cubrir distancias cortas. “Empecé a pensar cómo crear una tapa de cilindro que no contemplara las válvulas, básicamente porque era lo que me limitaba para mejorar. Obviamente que muchos expertos y automotrices ya han trabajado sobre el tema, pero los motores sin válvulas nunca terminaron de evolucionar porque, para mí, el problema siempre estaba en el cierre del circuito. Esto es parte clave de mi invento porque mi tapa de cilindro genera un cierre perfecto en el sistema, a través cojinetes especiales y una gota de lubricación cada dos vueltas del eje”, explicó Senatore.
De acuerdo al creativo sanjuanino, su sistema no contempla un ciclo de admisión con lo que los especialistas denominan efecto RAM, como tienen por ejemplo los Ford Falcon Sprint o los Torino, ni tampoco el turbo de vehículos más modernos. “Entiendo que algunos pueden creer que mi motor sin válvulas pude funcionar como el sistema de turbo, pero no es así porque el turbo se activa a ciertas vueltas y se apaga a otras tantas. Con mi motor, la respuesta a la pisada del acelerador va a ser inmediata, más allá de las revoluciones del motor”, expresó.
Senatore dijo que le llevó ocho años conseguir la patente de su invento, no sin antes pasar por varios dolores de cabeza, incertidumbre y hasta un conflicto legal porque quisieron burlarle la creación. “El sistema de patentamiento en Argentina tiene muchas deficiencias, pero por suerte ya superé esa instancia. Ahora, me queda latente la posibilidad de vender la patente a una empresa”, se ilusionó.